Los Cármenes vuelve a cerrar sus puertas casi nueve años después
El estadio rojiblanco albergó sin público la media hora final del conocido duelo del paraguazo ante el Mallorca en 2011
Chema Ruiz España
GRANADA
Miércoles, 11 de marzo 2020, 01:15
La crisis sanitaria que atraviesa España ha provocado que LaLiga cierre las puertas de los estadios en las próximas dos jornadas. Si no prospera la ... petición de la Asociación de Futbolistas Españoles, que reclama el aplazamiento de los encuentros correspondientes a dichas fechas, el Granada jugará este domingo ante el Getafe en Los Cármenes sin aficionados, una situación que no es extraña al feudo rojiblanco. El recinto del Zaidín ya albergó un partido, o, mejor dicho, el tramo final de un choque, con las gradas vacías, curiosamente en la temporada que abrió el último ciclo del conjunto nazarí en Primera. El motivo del cierre entonces fue el archiconocido paraguazo que recibió en el rostro Javier Aguilar Ramírez, el árbitro asistente de Clos Gómez durante la visita del Mallorca en 2011.
El conjunto bermellón, dirigido entonces por Joaquín Caparrós, visitaba Los Cármenes con motivo de la decimotercera jornada de Liga. El Granada, recién ascendido, afrontaba ya el choque con apuros, en el corte de la permanencia pero con los mismos nueve puntos que el penúltimo y el antepenúltimo clasificado. A pesar del frío del mes de noviembre y la lluvia que amenazó durante todo el día, alrededor de 21.000 espectadores llenaron las gradas del hogar rojiblanco, conscientes de la importancia de una cita que, sin embargo, se puso cuesta abajo en el ecuador del primer acto.
Víctor Casadesús inauguró el marcador con un disparo ajustado al segundo poste desde dentro del área, lo que empujaba a los pupilos de Fabri González a remontar el choque. Lo logró en tan sólo cinco minutos durante el segundo acto, por medio de Guilherme Siqueira, que hizo la igualada, y de Carlos Martins, que protagonizó el momento más emotivo de la noche al dedicarle el gol a su hijo, que atravesaba una enfermedad.
Dos minutos después de que los rojiblancos anotasen su segundo tanto, llegó el momento fatídico. El Mallorca se disponía a lanzar un saque de esquina cuando, desde el sector bajo del Fondo Sur, cayó un paraguas sobre el rostro del linier. Clos Gómez acudió rápidamente a comprobar lo sucedido y, al ver el objeto que acababa de caer desde la grada, decidió reunir a sus tres asistentes en el vestuario y suspender el encuentro. La media hora restante se disputó dos semanas más tarde, sin público, aunque con prensa, a diferencia de lo que sucederá este domingo. Tomer Hemed, de penalti, puso las tablas definitivas.
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