Carlos Fernández guía la fase de escalada
El Granada remonta en casa ante el Getafe en un partido espeso que se soluciona con la irrupción letal del delantero sevillano
Rafael Lamelas
GRANADA
Sábado, 13 de junio 2020, 02:00
Nueva normalidad para el fútbol, misma ilusión para la hinchada, condenada a disfrutarlo en la distancia. Este Granada se ha empeñado en hacer soñar a ... su gente tras el dolor y el confinamiento, con esa voraz ambición tan característica, que prevalece hasta en las tardes más soporíferas; aquellas que parecen condenadas a la mácula de la derrota como la que se intuía ante el Getafe por como comenzaron las cosas. Pero hay un latente espíritu de reivindicación en todo lo que hacen los pupilos de Diego Martínez. Parecían agarrotados en la primera parte, a merced de un rival huesudo, con los dientes afilados. Pero el juego a veces premia la insistencia y hay pocos con más apetito que el letal Carlos Fernández, la imagen de tantas remontadas. Han pasado tres meses y sigue hambriento.
Granada
Rui Silva; Foulquier (Fede Vico, m. 46), Víctor Díaz, Germán Sánchez, Domingos Duarte, Carlos Neva; Gonalons (Eteki, m. 59), Yangel Herrera (Gil Dias, m. 70); Darwin Machís (Vallejo, m. 85), Roberto Soldado (Antoñín, m. 70) y Carlos Fernández.
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Getafe
Soria; Damián, Djene, Etxeita, Olivera; Etebo, Timor (Duro, m. 84), Nyom (Amath, m. 84), Cucurella (Kenedy, m. 77); Deyverson (Ángel, m. 60) y Jorge Molina.
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GOLES 0-1, m. 19: Timor.Peinada de Nyom que se 'traga' Germán. Jorge Molina entra al área a su espalda y conecta con Deyverson, que falla a bocajarro ante Rui Silva. Pesca el rechazo Cucurella desde el suelo, que ve a Timor a la frontal. Este ajuste el tiro. 1-1, m. 70: Djene, en propia puerta. Falta botada por Machís, con desbarajuste atrás del Getafe. Carlos Fernández llega a tocar, Soria se la quita de encima y Djene la acaba metiendo en su arco. 2-1, m. 79: Carlos Fernández. Balón largo que atrapa Gil Dias en la derecha. Enlaza con Carlos Fernández, que chuta duro y Soria la escupe. El sevillano no perdona en la segunda ocasión, con un chut duro.
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ÁRBITRO Medié Jiménez (comité catalán): Amonestó a los locales Víctor Díaz (m. 9), Carlos Fernández (m. 16), Roberto Soldado (m. 45), Gonalons (m. 49), Yangel Herrera (m. 68) y Germán (m. 89); y a los visitantes Etxeita (m. 23), Etebo (m. 61), Hugo Duro (m. 89) y Damián (m. 89).
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 28 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes a puerta cerrada por la prohibición de público derivada de la situación de pandemia. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la Covid-19.
En tiempos de desescalada, el delantero sevillano guía a sus compañeros por el camino contrario. El Granada acomete la subida con el ojo puesto en un objetivo ambicioso pero posible: el de estar en Europa la temporada que viene. Con 41 puntos hay licencia para, como poco, que la afición disfrute de estos próximos diez partidos. La salvación ya está amarrada, salvo debacle. Lo demás, está por definir y la presión cuelga de otros. No hay vértigo ni delirios de grandeza en ese vestuario sano, en el que se han inculcado buenas enseñanzas. Sí se perciben muchas ganas de mejorar cada día, de no rendirse jamás.
Diego Martínez seguirá con la mira puesta en el siguiente encuentro, sin ir más allá. Su calculadora sólo suma de tres en tres. Pero la ciudad puede perder la prudencia, que no está de más habiendo semejante red de seguridad. Levitar pensando que su escudo visite otros países si la Covid-19 lo permite.
Todos los indicios conducían a pensar que la reanudación le estaba sentando fatal al Granada. Salir en casa sin que nadie coree el himno desenchufa, con ovaciones aisladas de compañeros y operarios. Una escenografía esterilizada, de cartón piedra y que deparó una versión afeitada de los rojiblancos. Todo pese a que Diego Martínez trató de retomar con lo que le funcionó antes del parón. De hecho, repitió la alineación que abrazó la última victoria en Liga, que data de finales de febrero, en El Sadar. Ese día se asentó la zaga de tres centrales con continuidad, la misma que se estrenó en una noche aciaga en Getafe. Había llegado el momento de trastocar el curso de aquella historia de terror en el Coliseum, pero las cosas no empezaron bien.
Era la alineación tipo y un sistema trabajado, pero la zaga rojiblanca chirrió ante un adversario experto, adulto, de trazo gordo y sin posados, que asfixió con su presión, cortó con faltas cuando debió y fue poco a poco sacando de quicio a los nazaríes. David Soria podía degustar un café mientras tanto. Los de Bordalás parecían notar poco la ausencia de sus volantes titulares y la del artillero Jaime Mata.
Trifulcas
Ni cotizaba que la primera tangana de la reanudación del fútbol sería en un partido así, con mala leche en cada lance, sin piedad. Un empujón por aquí, un codo por allá. Reyertas de ida y vuelta. Atenciones médicas, sangre, dolor... un parte de guerra. El Getafe, granítico con su 4-4-2, amenazó sin preámbulos, con balones perdidos para la caza furtiva. En un despeje convertido en pase largo, Nyom logró anticiparse con una peinada ante Domingos Duarte. Germán fue al quite pero pifió al querer quitarse el esférico y quedó engullido por el traspié. Regalos así son munición de alto calibre para los madrileños. Jorge Molina se coló en el área y conectó un pase justo cuando Germán trató de empujarle. Deyverson lanzó a bocajarro ante Rui Silva pero el luso taponó la fuga. La bola siguió sin dueño y Cucurella la rebañó desde la hierba, hábil para ver a Timor, preciso en su ajuste a la red, como un arquero. La historia se repetía, pues ya anotó en la primera vuelta.
La serie de catastróficas desdichas mandó a la lona al Granada, que siguió sufriendo ante el hostigamiento rival, un cuadro avispado hasta para medir el grado de violencia en las disputas. Lo justo para frenar la acción, a centímetros de la tarjeta. El árbitro señaló la pausa para la hidratación y a los nazaríes les sonó a gloria. Sin embargo, ni las instrucciones de Diego Martínez terminaron de variar el asunto, confinado el Granada por un Getafe encrespado. Los rojiblancos sólo se quitaron los grilletes en una escapada de Víctor Díaz por la derecha que Carlos Fernández picó con la cabeza como un yunque, pero ante el que reaccionó abajo Soria.
Fede Vico salió por Foulquier tras el descanso y los rojiblancos clonaron el dibujo getafense. A falta de claridad en la creación, los locales se abalanzaron con ansia. Primero, con un centro-chut de Herrera que tocó mal Carlos Fernández y ante el que Víctor Díaz no supo precisar el disparo cruzado, con todo de cara. Diego Martínez empezó a refrescar su alineación y los suyos ganaron en ritmo, aunque todo seguía envuelto en tensiones y trifulcas. Herrera se llevó una amarilla que le impedirá actuar con el Betis el lunes.
Justo salieron Antoñín y Gil Dias para oxigenar el ataque cuando surgió el balón parado que estabilizó el asunto. Machís combó el esférico, Carlos Fernández lo peleó y Soria se hizo un lío en la estirada, colaborando Djené en la tropelía con una diana en su propia meta. Le salió fuego al Granada de las botas y surgió un envío largo hacia el sector por donde correteaba Gil Dias. El portugués encontró a Carlos Fernández, que se desplazó con habilidad de bailarín y chutó ante Soria. Se sacó el esférico pero hacia donde estaba el punta, que no perdonó con suma violencia.
Hasta el final, cierre de filas con Vallejo y contención absoluta para no dejar volar los puntos. Con lo mal que empezó todo y lo maravilloso que terminó para un Granada cuya receta para ganar sigue vigente. Ha empezado su particular fase de escalada hacia lo desconocido.
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