Un caballero con fama de escudero
El perfil ·
Con brazalete o sin él, el nuevo lateral del Granada siempre ha ejercido un rol muy importante en los vestuarios de todos los clubes por los que ha pasadoFran Rodríguez
Granada
Jueves, 2 de septiembre 2021, 00:17
A Sergio Escudero (Valladolid, 1989) nunca le han hecho falta los grandes focos para brillar. Su nombre tituló pocas crónicas de victorias históricas, pero fue ... su profesionalidad y talento las que las hicieron posibles. Haciendo honor al primero de sus apellidos, Sergio siempre quedó como un escudero más en las plantillas, pero desde Sevilla, Getafe y Gelsenkirchen avisan que tras su perfil bajo se esconde un auténtico caballero, un capitán con o sin brazalete y un talento generacional.
No todos supieron verlo. Aquel zurdito «no daba la talla», según le objetaron en el club de su tierra, el Valladolid, para el que jugaba desde los ocho años. Los ojeadores del cadete pucelano no se dejaron convencer por aquel chico de 14 años con una determinación más grande que su cuerpo. Lo bueno de las decepciones a esa edad es que se olvidan pronto. No podrán decir lo mismo aquellos ojeadores, que dejaron escapar un diamante.
Tiene 'guasa' que a Escudero, ídolo y ejemplo de sevillanismo años más tarde, le acogiera el Parquesol y el Betis. Pero no el cuadro bético del Villamarín, sino el Betis Valladolid, uno de los clubes modestos que más cantera mueve junto al Pisuerga. Años después el Valladolid se tiraba del pelo cada vez que Sergio Escudero brillaba con la selección autonómica de Castilla y León.
Muy joven, el Real Murcia se lo llevó a La Condomina y le dio la oportunidad de ser profesional en Segunda. Era 2008 y él no lo sabía, pero iba camino de Europa. No con la entidad grana. En ella pasó dos campañas voraces. Nadie conocía a Sergio Escudero, pero a las pocas jornadas ya se hablaba de él como un talento diferencial. Por si la primera temporada hubiera sido suerte, la segunda fue aún mejor, aunque no logró ascender a Primera.
Sonó para el Real Madrid, que quería rejuvenecer y españolizar su zaga. El coqueteo con el club blanco se vio interrumpido por un gigante alemán, que apostó fuerte por aquel chico que con 14 años no parecía dar la talla para el cadete del Valladolid. El Schalke 04 pagó dos millones y medio de euros, convirtiéndose en el acto en una de las mayores ventas en la historia del Real Murcia.
En Gelsenkirchen compartió vestuario con Raúl González, Iván Rakitic o Manuel Neuer. Llegó a unas semifinales de la Champions League, tuvo muchos minutos con un técnico de mucha exigencia como Félix Magath y levantó la Supercopa y una Copa. Solo salían buenas palabras sobre Escudero que, sin embargo, volvía a España para cumplir el sueño de debutar en Primera.
El Getafe se fijó en él para un proyecto ambicioso que no terminó de arrancar. El vallisoletano no cuajó por alguna lesión muscular, pero no tiró la toalla y siguió manteniendo una compostura impropia de su juventud, ayudando al compañero desde la grada o el banquillo hasta volver al campo y ser importante. Al Sevilla le anotó un gol histórico que posibilitó una de las permanencias de los azulones. Al año siguiente ya sí tuvo mucha más continuidad, se le veía feliz y su gol al Madrid en el Bernabéu dio la vuelta al mundo. Un zurdazo letal que mostró su buen pie y su descaro. El Sevilla de Monchi estuvo más rápido que nadie. Su sitio era el Sánchez Pizjuán.
De nuevo no tuvo un inicio fácil. Tardó en debutar 149 días por una lesión y Tremoulinas le cerró el sitio, pero continuó trabajando y el día de su debut anotó un gol que le liberó y le hizo alcanzar con el sevillismo una conexión única. Después de 176 partidos, dos títulos de la Europa League y siete goles, Sergio Escudero abandonaba el Sevilla con todos los galones, tratado como un caballero y un capitán. Allí gozó de su mejor momento con Sampaoli, ganándose una convocatoria con la Selección.
No ha ocupado el titular de una victoria demasiadas veces, pero las hizo posibles. No daba la talla con 14 años, pero con 20 se peleaba por él media Europa. Tiene fama de escudero, pero es un caballero y un capitán general.
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