El bucle que atrapa al Granada
El equipo ha encajado primero en once de los trece partidos y suma cinco encuentros sin reaccionar con gol en las segundas partes
Una de las constantes de las series y filmes que tratan sobre el viaje en el tiempo es la de un protagonista alterando episodios del ... pasado para intentar influir en acontecimientos futuros. Sin embargo, suele ocurrir que provoque consecuencias impredecibles, pero que aquello que pretendía evitar vuelva a suceder de otra forma sin remedio. Al Granada le pasa un poco esto; lleva desde el principio de temporada intentando no cometer errores groseros que le pongan por detrás en el marcador pronto, pero de trece partidos disputados hasta la fecha, en once se fue al descanso con al menos un tanto en contra y no ha conseguido ni una sola puerta a cero. En Valencia fue una mala percepción arbitral. En Los Cármenes, un despertar tardío de Wilson Manafá. Un bucle que atrapa a los nazaríes.
Es evidente que, entre tanto deslizamiento temporal, el equipo ha corregido inercias y que al menos en estos dos últimos encuentros no sufrió ese reguero de llegadas del rival que le hacía jugar con fuego. La cuestión es que parece que el problema se ha trasladado al ataque, aunque la falta de producción ofensiva seguramente no se deba a que el modelo se haya hecho más conservador, sino a que los titulares han bajado su rendimiento y los suplentes apenas aportan en las reacciones. El dato es dramático: los rojiblancos suman cinco encuentros sin marcar en las segunda partes. Desde aquella matinal de locura en Almería, en la que se lanzó a tumba abierta al irse al entreacto con tres dianas en contra, el fuelle en vanguardia se le consumió al descanso, incluso en otro encuentro psicodélico como el que le midió al Villarreal, 2-3 al final de los primeros 45 minutos y sin movimientos del marcador después.
Lucas Boyé empezó como un tiro pero no está siendo tan letal en el área, aunque sí contribuya al trabajo colectivo a la distancia. Myrto Uzuni siempre olfatea la portería contraria, pero se nubla en demasía en busca de protagonismo y derrama muchas oportunidades. Bryan alcanzó un pico con el Barça, pero desde que vistió la camiseta de la Roja ha dejado de ser tan incisivo, especialmente confuso frente a los azulones, que no hacen prisioneros en defensa. Solo el influyente papel de Gonzalo Villar es un factor positivo, pasando de dar pases decisivos a asomarse con peligro en el sector rival, marcando a su 'ex'.
Si preocupante es el rendimiento de los habituales, aterrador es el de los que opositan a revulsivos. Con Weissman de estancia con la selección israelí con permiso del club, subrayando el papel secundario que le otorga Paco López, el técnico acudió a Antonio Puertas, José Callejón y Famara Diédhiou para buscar el triunfo el sábado, con un balance decepcionante. El almeriense anda en una nebulosa y no está fino en los últimos metros. El motrileño es un querer pero no poder continuo, con una visible falta de chispa de un tiempo a esta parte. El senegalés es todo voluntad y notable esfuerzo, aunque no encuentra recompensas frente a la portería.
Parecía que la falta de disponibilidad en la defensa era el principal asunto a resolver y una de las inspiraciones para el futuro mercado invernal, pero ante esta tesitura no sería extraño que Matteo Tognozzi también sondee perfiles de vanguardia porque como se le caiga uno de los intocables, o alguno siga con la moral caída, le fallará otra demarcación. No hay manera de meterse en una máquina y retroceder al verano para arreglarlo. Son películas.
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