Aridane se reencuentra con el Granada como jefe de la zaga rojilla

Al mando de la zaga de Jagoba Arrasate, un central que está devorando con voracidad cada argumento de sus detractores, consolidándose como uno de los mejores centrales de lo que va de curso. Su estampa, con el pelo a lo afro, salvaje en la anticipación y el corte, le hacen único en la categoría. Es Aridane Hernández. El central canario cumplirá en algo más de un mes los 31 años, pero se encuentra en el mejor momento de su carrera.

Parecía, como el líder rojiblanco, Germán Sánchez, limitado por la suerte a vagar por equipos de plata y bronce. Sin embargo, han demostrado que es en Primera, donde se premia la concentración, el talento y la cultura del esfuerzo, cuando han encontrado su máximo nivel. Aridane está en el 'Top 10' de centrales en despejes en el área, con 86, sólo cinco menos que el nazarí Domingos Duarte.

Una cifra similar a la que tiene en anticipaciones conservando la posesión, cerca de las 90 intercepciones, debajo de Duarte pero de nuevo entre los diez mejores centrales de la categoría.

Donde destaca el canario es, con su abultada melena, en la batalla por aire. Ahí, está colocado mejor que Duarte y Germán, pues tiene contabilizados 55 despejes por 49 del luso y 47 del gaditano.

La influencia de Aridane en el conjunto pamplonica es notable, sobre todo, en sus ausencias. Y es que las lesiones han ensombrecido su primera campaña en Primera y, aun así, destaca entre los mejores defensores de la categoría.

Parecía muy poco probable cuando en 2015 el Granada anunció su fichaje. Tras un buen curso en el Eldense, y con los rojiblancos aún en Primera, llegaba a Los Cármenes con poco crédito por no ser conocido. Su cesión al Cádiz a los pocos días dejó claro que su futuro no pasaba por arraigar en el vestuario rojiblanco. El Cádiz lo firmó en propiedad y en 2017 encontró su sitio en El Sadar.

No es el único, pues hay otros dos exrojiblancos. Pervis Estupiñán, que es fijo en la izquierda y asomó en Granada el año del descenso, y Robert Ibáñez, uno de aquellos fichajes invernales que resucitó a los nazaríes en 2015 con 5 goles en 17 partidos. Jugó una campaña más en Granada, con menos brillo.