El arco del triunfo
El órsay ·
Ganó el Granada, por si no lo saben, y no hubo que esperar otros 46 años para volver a enfundarse el maillot amarilloMANUEL LÓPEZ SAMPALO
GRANADA
Lunes, 21 de septiembre 2020, 00:42
Francisco de Goya grabó eso de que «el sueño de la razón produce monstruos». Que le pregunten a aquellos huelmeños que quisieron darnos gato por ... pantera. Quizás la voz de alarma magufa la dio un ciclista supersticioso cuyo terror le hizo ver a Bagheera donde solo había un minino pasado de peso. También Mourinho creía que Benzema era un lindo gatito y se encontró que salía de montería con un egregio hijo de Lyon. El que es un monstruo, y con razón, es Diego Martínez. Este no vende humo ni tampoco la piel del oso antes de cazarla. Él prometió valores, no victorias: aunque las segundas sean consecuencia de la transmisión, asunción y consolidación de los primeros. Ganó el Granada, por si no lo saben, y no hubo que esperar otros 46 años para volver a enfundarse el maillot amarillo. Aunque claro, este liderato, como los de Alaphilippe en el Tour, tiene un asterisco: que si en el caso del ciclista galo dicen *a la espera de Roglic, Bernal y cía., en el de los iliberitanos indica: *con permiso de los barsamadrí, los cuales corren por la cuerda.
Pero ya llegarán las oscuras golondrinas; ahora disfrutemos, como hicieron anoche los dos millones de eslovenos, orgullosísimos de ver a los nuestros en lo más alto. Granada no tiene como Pogacar L'Arc de Triomphe a su espalda, pero luce su Arco de Elvira junto a la Plaza del Triunfo: aunque para llegar allí desde Los Cármenes ya sabemos que el camino pasa por la Fuente de Las Batallas; como Napoleón, que hizo levantar El Monumento –piedra a piedra– tras vencer en la madre de las mismas: Austerlitz.
Nuestro arco triunfal, digo, es el que defiende el gran Rui Silva, que aunque se pase las leyes de la barrera por el mismo –tumbando a un jugador y olvidando cubrir su palo– sigue siendo capital. Otro que ayer defendió el arco como hijo de espartana –«regresa con tu escudo o sobre él»– fue Vallejo, que demostró dominio sacando el balón conducido. Darwin Machís y 'Bobby' Kenedy –vástagos de padres mitómanos–, van a tener unas duras primarias por hacerse con la titularidad en el ala izquierda. Por cierto, que no se entere la buena gente de Ventas de Huelma que aquí juega un tal Kenedy, que se monta una gorda.
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