Antoñín estrena titularidad con una actuación insustancial
El delantero malagueño jugó de inicio por primera vez como rojiblanco, pero fue sustituido en el descanso tras apenas intervenir en el partido
Chema Ruiz España
GRANADA
Martes, 23 de junio 2020, 01:34
El carrusel de encuentros de Liga en esta reanudación veraniega de las competiciones permitió a Antoñín realizar su primera incursión en el 'once' de Diego ... Martínez. La meritocracia, impuesta en el vestuario rojiblanco desde el aterrizaje del técnico vigués, se conjugó con la necesidad de ofrecer refresco a las piernas más cargadas, lo que ofreció al delantero de La Palmilla la habitual plaza de Carlos Fernández, que cerca estuvo de sufrir una hipoxia ante el Villarreal. Se estrenaba de inicio con la camiseta del Granada tras acumular menos de una hora de juego en cuatro ratos, tiempo que le fue suficiente para mostrar destellos de las habilidades que sedujeron a la dirección deportiva nazarí. En Leganés, en cambio, no apareció ninguna de sus cualidades y acabó el partido en el descanso, sustituido precisamente por el jugador al que había ofrecido el relevo al comienzo.
El atacante malagueño recuperó su posición natural, situado a la misma altura que un Roberto Soldado que ya escalaba hacia el fútbol profesional cuando Antoñín nació. Se plantó en el terreno de juego con ganas, presionando la salida del balón rival, pero no tardó demasiado en toparse con dos tabiques que le impedirían disfrutar de la noche. Jonathan Silva y Omeruo se adhirieron a su espalda y se llevaron cada duelo individual con el punta rojiblanco. Si el balón llovía, se imponían en el salto; si la pelota iba a ras de hierba, aprovechaban el rebufo para adelantarse. Fueron chicle en las botas del joven delantero.
Entre choques y controles abortados, Antoñín tardó poco más de quince minutos en desesperarse. Peleó cada pelota, pero, como si los pepineros fueran poseedores de algún poder ajeno al malagueño, siempre llegaba una décima de segundo tarde. Y, ante tal bloqueo, marró la ocasión de dorar su estreno en la alineación con un gol. Peinó mal Recio, sorprendiendo a Jonathan Silva. Antoñín se llevó el balón por velocidad y encaraba el área de Cuéllar, pero se dejó caer al sentir el aliento de Omeruo. De Burgos Bengoetxea, atento, castigó la pillería con una tarjeta.
Diego Martínez le dejó en el banco al intermedio, en busca de una solución para un duelo insulso. Su paso por Butarque fue insustancial, pero el de La Palmilla se marchó un poco más cerca de que la Primera división conozca su nombre sin diminutivo.
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