El amigo y vecino Milla
Mi rincón ·
Luis Milla tiene algo de Spider-Man. Diego Martínez y Fran Sánchez, una suerte de Tony Stark y Nick Furia en esta analogía, le reclutaron para un equipo de vengadores que acababa de hacer historiaCHEMA RUIZ ESPAÑA
GRANADA
Viernes, 27 de noviembre 2020, 17:28
Luis Milla tiene algo de Spider-Man. Diego Martínez y Fran Sánchez, una suerte de Tony Stark y Nick Furia en esta analogía, le ... reclutaron para un equipo de vengadores que acababa de hacer historia. Quizás debió llegar antes a la élite, pero el caso es que cayó en un plantel que ya contaba con Montoro, Gonalons, Yan Eteki y Azeez, a quienes se uniría más tarde el retornado Yangel Herrera. Un elenco que achantaría a cualquier debutante en Primera que quisiera rascar algo de balón, pero no al amigo y vecino Milla.
El madrileño, como Peter Parker, es un tipo afable, de esos que hacen equipo fuera del campo, y descarado cuando entra en acción. También comete errores, como el hombre araña -los fans del personaje recordarán cómo fue burlado en la última película que protagonizó-. El mediocentro falló en el tramo final del compromiso ante el Valladolid, en el que, por cierto, fue quien más pases ejecutó con éxito, y por ello fue objeto de crítica. Su mentor, experto en gestionar el estado anímico de sus pupilos, le defendió ante los medios y le transmitió su confianza con una plaza en el 'once' el jueves, cuando el Granada acercó su pase a dieciseisavos de la Europa League.
Milla saltó a Los Cármenes como si jamás hubiera errado en una entrega. Se ofreció, presionó y ordenó como acostumbra en un duelo que el Granada controló siempre pese al gol rival. Definieron Luis Suárez y Soro -el primero, a pase del segundo; el maño, tras un disparo de Machís, el más determinante del plantel-, dos chavales que también han pasado en pocos meses de compartir vestuario en Segunda, en el Zaragoza en su caso, a exhibirse por el continente. El Omonia nunca tuvo claro cómo hacer daño al cuadro local porque el rojiblanco es un equipo que juega a todo, que se gusta galopando y disfruta hilvanando pases en función de lo que requiera el choque, gracias especialmente a la comprensión lectora que evidencia Diego Martínez. Y Milla en eso se siente más que cómodo.
El Granada apenas dispone de algún centrocampista que no sea capaz de romper y construir, que no se encuentre bien al borde de ambas áreas, pero el madrileño es, probablemente, el que mejor se ajuste al término 'box to box'. Al menos, el que mejor lo expresa sobre el césped. Pegajoso en la zona neurálgica del juego, es frecuente verle en una misma acción en el tramo decisivo de las dos mitades del campo, incluso protagonizando él mismo la transición de una trinchera a otra en conducción; ejerciendo de pivote, volante y mediapunta sin soltar el balón.
Este jueves, tejió su red por toda la cancha; canalizó el juego, pisó la pelota y, como el trepamuros, atosigó a sus adversarios -su presión propició la pérdida de Shehu en el gol de Luis Suárez-. Los chipriotas acabaron desquiciados en una esquina del campo, hacia la que Milla esprintó en el 93' para asfixiar en campo rival y evitar un contragolpe. También lanzó un haz de telaraña hacia la siguiente ronda, que ya está a un balanceo para los vengadores de Diego Martínez.
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