Opinión Granada CF
Neva, el último argonautaLa despedida del capitán marca el final simbólico de una etapa que ahora solo sobrevive en la memoria
Adrián Argente
Granada
Viernes, 4 de julio 2025, 12:01
La despedida de Carlos Neva marca el final simbólico de una etapa que ahora solo sobrevive en la memoria. Con él se despide el último ... tripulante de la nave que construyó Diego Martínez para surcar los mares de la historia rojiblanca. Neva no será recordado por el valor de un gol en Nápoles, pero su última temporada no debe deslucir su desempeño como un lateral que dignificó su oficio. Consciente de sus límites, honró los valores esenciales del deporte: esfuerzo, disciplina, responsabilidad, resiliencia, humildad y solidaridad. La constancia silenciosa de Neva y su permanencia en el club, pese a los dos descensos, convierten al portuense en un símbolo mayor que muchos nombres con más brillo, pero con menos raíz.
En toda epopeya hay un grupo que emprende un viaje bajo la voluntad colectiva de alcanzar lo que parece improbable. «Como no sabían que era imposible, lo hicieron», dijo Diego Martínez —el legítimo Jasón de esta historia— cuando el Granada se clasificó para Europa. Neva derramó lágrimas en el viejo San Paolo y formó parte del tercio nazarí que cayó con dignidad en Old Trafford, exhausto de batallar con lo imposible, pero también ha sido testigo de la degradación desde la marcha del entrenador gallego.
El EuroGranada funcionó como una embarcación en la que cada miembro cumplía su papel. Todos sabían que su misión era un servicio para el éxito colectivo. Neva fue un remero que ejerció su labor con la inteligencia de quien entiende su sitio con naturalidad. Cuando un jugador así se marcha, no solo deja hueco en la plantilla. También se va una forma de estar, una manera de entender el club.
Ahora que el último argonauta ha abandonado la cubierta, el viejo navío ya no es el mismo. Lo que una vez fue relato compartido se convierte en historia recordada. El club entra en una nueva fase, ya desvinculada de aquella travesía. Con Neva se marcha el hilo invisible que aún conectaba este triste presente con los días en los que todo parecía posible.
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