El Granada, Chernobyl y la política del silencio
El hilo ·
El club debe reflexionar sobre evitar el contacto de forma recurrente con la afición, algo que termina por deshumanizar la relación con comunidad y deja secuelasAdrián Argente
Viernes, 8 de agosto 2025, 18:00
El Granada apenas ha disputado amistosos en esta extraña pretemporada, se ha ralentizado la cadencia de nuevas incorporaciones y en los últimos días no ha ... dado pasos firmes hacia la reconfiguración de la plantilla, encallada por la complejidad de las salidas de Martin Hongla, Stoichkov y Shon Weissman. La falta de acciones visibles por el entorno genera cierta sensación de inactividad, como si el tiempo estuviera en pausa. El club debe reflexionar sobre los beneficios del silencio como política de acción, porque evitar el contacto de forma recurrente –tras medidas ciertamente impopulares– termina por deshumanizar la relación con los aficionados y empieza a dejar secuelas.
En este contexto, el ambiente que rodea al Granada asoma como la niebla espesa de Chernobyl, una opacidad densa que no protege y que intoxica el vínculo. Lejos de disipar la incertidumbre, la falta de comunicación institucional se interpreta como un síntoma. El aire se enrarece, como si todo estuviera contaminado por una atmósfera pesimista. Las redes sociales respiran maquinaciones y los gestos menores son canalizados ahora como objeto de crítica, fundamentada o no, por aficionados que observan con lupa y cierto sesgo de negatividad.
Los gestores que entienden el valor de una pretemporada no solo cuidan lo deportivo: configuran identidad y generan puntos de conexión con la comunidad. El Granada, en cambio, transita estos días sin señales de presencia institucional. Todo se oculta tras el avatar digital. En lo deportivo, el debut ante el Deportivo ya inquieta el ánimo. El cuerpo técnico trabaja sin una plantilla definida y varios jugadores conviven con la duda sobre su rol en el proyecto. El silencio convierte a Pacheta en la única esperanza sólida para atravesar la niebla, aunque solo los hechos permitirán disiparla.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión