Errores que hundieron
El hilo ·
La historia recuerda hasta qué punto equivocarse demasiado puede costar caroAdrián Argente
Granada
Viernes, 19 de septiembre 2025, 19:10
Hay columnas que envejecen bien. En el verano de 2018, cuando John Jiang había disuelto la herencia del ascenso de 2011 y la estructura que ... construyeron Pina y Cordero en beneficio de la extravagancia, Julio Piñero escribió en este diario una pieza titulada 'Los peligros de equivocarse demasiado'. Consciente del punto crítico en el que se hallaba el Granada tras dos años de fracasos, recordó cuáles fueron las consecuencias de acostumbrarse a los errores.
Tras vivir la época dorada de los 70, el Granada se mantuvo cinco temporadas en Segunda, y, tras siete años entre Segunda y Segunda B, en 1988 se precipitó definitivamente al pozo del Grupo IV. Permaneció 22 años en las catacumbas del infrafútbol. Hubo generaciones que no vieron al Granada escapar de aquel cementerio de elefantes, muriendo con la miseria rojiblanca como paisaje cotidiano; y muchas otras comprobaron lo profundo del olvido.
Piñero relató la catastrófica sucesión de derroches, endeudamientos y desaciertos que terminaron liquidando el patrimonio del club —el añorado Viejo Los Cármenes—, para aliviar una tensión financiera que regresó apenas una década más tarde, consecuencia de presidentes 'amateurs' y de la impotencia de sus socios, que entonces sí eran dueños del club. La incompetencia no guarda correlación con nacionalidades: es solo un fenómeno estructural padecido en demasía.
Diego Martínez logró en 2018 detener una caída que parecía inevitable, y su ciclo quedó como un ejemplo de lo que significa imponer un relato sólido en el caos. Siete años después, el club vuelve a mostrar fragilidades sistémicas que no se resuelven solo en el césped. La protesta de los aficionados evidencia que el malestar ya no se limita a los resultados, sino que critica la desconexión institucional. La historia recuerda hasta qué punto equivocarse demasiado puede costar caro, y quienes crecieron en el desencanto temen que se repitan viejos errores.
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