«Vio la grúa, dio marcha atrás y se echó hacia la ventanilla: gracias a eso se salvó»

Los hechos sucedieron en la tarde del 23 de mayo. Emma y su compañero David llevaban desde temprano trabajando en un vehículo de Ambulancias Alhambra. Acababan de realizar un servicio en el Zaidín y estaban aparcados cerca de Camino de Ronda. Fue entonces cuando vieron como varios coches policiales pasaban muy rápido por la zona. «Intuíamos que había pasado algo gordo y fuimos por si necesitaban ayuda. Nos dejaron pasar y vimos el coche con la carga encima», cuenta a IDEAL la profesional.

Dos personas estaban sujetando a la chica para que permaneciese quieta, sobre todo sin mover la cabeza, lo más delicado. Estaba muy nerviosa y quería salirse del coche. Emma le colocó el collarín como pudo, puesto que estaba encerrada en su propio vehículo. «La parte de la cabeza tocaba el chasis del coche y el parasol le rozaba el hombro. Las piernas y manos sí podía moverlas», cuenta la técnico.

La principal tarea de estos profesionales es el apoyo psicológico, que fue más que necesario mientras llegaba el equipo médico. Durante la media hora que transcurrió desde que llegó al lugar hasta que la chica fue rescatada, la acompañó y calmó. «Estaba muy nerviosa, preguntaba por lo que había pasado. Nos dijo que había visto cómo el palé se iba a caer, echó marcha atrás con el coche y se echó hacia el lado de la ventanilla. Eso la salvó, si no el desenlace hubiera sido trágico», destaca Emma.

A la muchacha le dolía mucho la cabeza y estaba preocupada porque había quedado con una amiga y quería avisarla de lo ocurrido. Cosas del shock, de cuando en cuando preguntaba por su móvil y sus libros. «Intenté que no se preocupara de nada de eso, es esencial quitarle importancia a todo. Además, le dije que si se tranquilizaba le dolería menos», añade.

Poco después llegó la UVI móvil del Centro de Emergencias 061, que atendió a la conductora. En el rescate colaboraron ellos, Bomberos Granada, Policía Local y Policía Nacional. «La sacaron con cuidado entre todos usando un tablero espinal», apostilla Emma. Cosas de la vida, la técnico de Emergencias sanitarias vio a la chica después en el hospital. Le pidió permiso a los padres para hablar con ella. «Me dieron las gracias por ayudarla. A ella le seguía doliendo la cabeza, pero estaba fuera de peligro», cuenta Emma, que el martes se llevó la mejor recompensa: una asistencia con final feliz.

La Delegación de Salud y Consumo informó ayer de que la joven de 23 años fue dada de alta después de pasar la noche en el área de Observación del Hospital de Neurotraumatología y Rehabilitación, donde le practicaron diversas pruebas para descartar lesiones. Según ha podido saber este periódico, se encuentra «muy afectada» psicológicamente.

Por su parte, la Policía Local está investigando los hechos a través de una inspección ocular y un análisis detallado de la grúa, el elemento de carga y el profesional que la manejaba en aquel momento. Cuando los informes estén listos, se remitirán al juzgado.