Videoconferencia desde el 'chabolo' de Albolote

La dirección de la cárcel de Albolote se encuentra en estos momentos a la espera de recibir los teléfonos móviles que Instituciones Penitenciarias distribuirá por todos los penales españoles en estos días. «No sé cuántos de los 205 que repartirán nos tocarán a la cárcel de Albolote», apuntan desde la prisión granadina. Será un número limitado que no superará seguramente los cinco o seis aparatos. Y después deberán establecerse criterios para su utilización que vendrán impuestos por unas prioridades del tipo: no disponer de ningún ingreso económico, existencia de algún acontecimiento familiar o afectivo importante como nacimiento de algún hijo o fallecimiento de un ser querido o la existencia algún otro hito importante vinculado con el recluso. La idea es facilitar al preso una videollamada o videoconferencia desde el 'chabolo' para suplir la supresión de visitas familiares durante el tiempo de duración del confinamiento por el coronavirus.

Los casi 1.380 reclusos de la cárcel de Albolote disponen desde el pasado 16 de marzo de ocho minutos para efectuar cada llamada telefónica desde las cabinas existentes en sus módulos. Antes de la aparición de las medidas restrictivas impuestas por la aparición del virus Covid-19, cada preso tenía derecho a efectuar cinco llamadas de teléfono desde esas cabinas. Los internos de Albolote ahora pueden efectuar quince llamadas semanales, el triple. Los teléfonos móviles que no sabían aún cuándo llegarían a la cárcel granadina servirán para poder ver a los seres queridos mientras los presos hablan con estos. No solo podrán intercambiar una conversación, sino también habrá imágenes para 'soñar' con que esa persona del otro lado del teléfono está más cerca.

Un funcionario vigilará que no se haga un uso inadecuado del móvil, como la toma de fotografías, exceptuando los casos en los que se haya decretado la intervención de las comunicaciones.

Los Servicios de Orientación Jurídica, que quedaron suspendidos por el estado de alarma, se están reactivando mediante la implantación en las cárceles de las herramientas que permitan las videollamadas y videoconferencias con los colegios de abogados.

Mientras se completa su implantación, se permite que los letrados puedan contactar con los internos a través de los teléfonos que faciliten los centros y, excepcionalmente, por locutorio, siempre que las condiciones sanitarias del interno permitan su desplazamiento.

Todos los permisos penitenciarios han sido suprimidos para evitar el riesgo de contagio y todos aquellos reclusos reincorporados al penal después de la adopción de esa medida son sometidos a una cuarentena de quince días en el módulo de ingresos. En estos momentos apenas hay veinte personas en esta situación pero se han llegado a acumular hasta sesenta.Apenas hay presos nuevos y todos aquellos a quienes les cogió de permiso este confinamiento ya han vuelto a prisión.

La suerte es que el virus apenas ha dejado dos personas con contagios por el coronavirus, ambos funcionarios de la prisión. No hay ningún caso entre los reclusos, al menos, hasta el momento.

En estos momentos los funcionarios prestan servicios de mínimos y el resto de la plantilla queda en casa de guardia por si en cualquier momento es requerida por la dirección ante cualquier eventualidad.

Los presos esperan como agua de mayo esas videollamadas desde el 'chabolo'.