El vídeo que resume la hora y media que se tardó en izar las enormes vigas de nuevo tejado de la torre de la Catedral
La restauración comenzó en septiembre y durará en torno a dos años
Hora y media para elevar unas gigantescas vigas que formarán parte del nuevo tejado de la torre de la Catedral de Granada para acabar con ... un problema de humedades. Un vídeo, facilitado por Dávila Fortress resume este complejo proceso que muchos granadinos se pararona observar por su espectacularidad y su importancia. Fue el pasado domingo, 17 de noviembre.
La restauración de la torre de la Catedral de Granada comenzó en septiembre y durará en torno a dos años. Este pasado domingo estaba previsto el izado de seis enormes vigas para el forjado del mirador que sustituirá la cubierta invertida que tantas filtraciones estaba acarreando desde finales del siglo XVIII. El proceso era complejo pero se culminó con éxito.
La operación, que comenzó de madrugada, se desarrolló entre las 11.15 y las 12.45 horas tras resolver algunos problemas técnicos con la grúa, dotada de un brazo que alcazaba los ochenta metros de altura –el alféizar del campanario se halla exactamente a cincuenta y siete metros–. Para el traslado y la ubicación de esta máquina de gran tonelaje fue preciso el corte de la calle Cárcel Baja y la regulación del tráfico en horario nocturno, por lo que el impacto fue menor –en una jornada laborable el trastorno hubiera sido mayúsculo–.
Estos travesaños, fabricados en Alemania y preparados en las naves de Dávila Fortress, la empresa encargada de realizar los trabajos, son de madera de abeto laminada encolada. De gran resistencia. Respecto a las dimensiones, las más grandes tenían una longitud de 12,60 metros y un peso de 350 kilogramos. Todo el proceso fue supervisado por el arquitecto Diego Garzón desde primera hora del domingo.
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Las imágenes son, sencillamente, espectaculares. Tanto en los momentos previos de sujeción en la vía pública como en el levantamiento. Muchos ciudadanos observaron la complicada maniobra desde el entorno, ya que la zona estaba acordonada para minimizar los riesgos. Ya arriba, los operarios de Dávila Fortress las iban colocando sobre las plataformas habilitadas al efecto.
La anterior techumbre, con las aguas hacia dentro, ha sido desmontada teja a teja. La lluvia no iba directamente a la calle, sino que se canalizaba a través de unas tuberías interiores que han provocado humedades hasta dos pisos por debajo en periodos prolongados de precipitaciones.
Visión de 360 grados
La solución será una azotea 'plana' con capacidad para grupos de unas veinte personas que permitirá una visión de 360 grados de toda la ciudad. Aún no se sabe nada sobre cómo será el régimen de acceso. Habrá que ascender, eso sí, cincuenta y siete metros en escalones de veinte centímetros. Culminará, de esta forma, una actuación que ya se planteó en 2004, que entonces contaba con todas las bendiciones de las administraciones, que se metió en el cajón debido a la crisis de 2008 y que se tuvo que actualizar hace siete años, en 2017, para resolver nuevas contingencias. El presupuesto global es de 2,5 millones de euros.
De forma paralela, el equipo de restauración de Julia Ramos avanza en la recuperación de todos los elementos pétreos. Son varios los agentes que intervienen en la 'erosión'. Julia Ramos apunta a la propia acción de los elementos meteorológicos sobre una roca cuya principal característica es la porosidad. Pero también hay causas antrópicas. La polución atmosférica, provocada por la intensidad del tráfico rodado y por la emisión de partículas procedentes de los sistemas de calefacción, genera una costra negra que interfiere químicamente con la superficie. Todo ello repercute muy negativamente en forma de arenizaciones y alveolizaciones.
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