Víctima del engaño del 'falso hijo' en Granada: «Me estafaron 7.100 euros»

«Me llegó primero un mensaje de texto diciéndome que era mi hija mayor, con el nombre de ella. Ese mensaje, curiosamente, cuando intenté hacer captura, desapareció. Y de pronto me apareció en el móvil un whatsapp supuestamente de ella en el que contaba que se le había roto el móvil, que se lo había dejado en la lavadora, y que tenía que hacer unas transferencias pero su aplicación en el nuevo móvil no le permitía obtener los códigos de verificación del banco», relata a IDEAL Checa.

Ante ello, el hombre, totalmente crédulo, le respondió que la iba a llamar un momento a través de WhatsApp a ese número nuevo desde el que le escribía. «No lo cogieron y me advirtieron que tenía que seguir las instrucciones que me estaban diciendo. Y a partir de ahí me forzaron a hacer varias transferencias inmediatas y otra directamente a una cuenta del BBVA... En total 7.100 euros», prosigue. Fueron un total de ocho transferencias a distintos número de cuenta.

Checa comenzó a sospechar cuando sus interlocutores, que él pensaba que eran realmente su hija, le instaron a ingresar más dinero hasta que se quedara «en números rojos». Ahí se percató de que acababa de ser víctima de un fraude, porque su hija nunca le hubiera pedido eso.

Entonces, Checa, de 56 años, llamó a su hija por otro teléfono y tampoco se lo cogía, hasta que por fin logró hablar con ella. Le preguntó si estaba bien -lo único que le importaba- y corroboró lo que ha acabado denunciando ante la Policía Nacional: que había sido estafado.

«Parece ser que sabían algo de ella -de su profesión- porque las transferencias eran a una empresa de servicios y parecía todo bastante real», se justifica el hombre, que confía en que el banco le dé ahora algún tipo de cobertura y recuperar el dinero estafado, que era un préstamo que había pedido para un vehículo.

A este granadino, que por su profesión -desvela que es inspector de Educación- está acostumbrado a resolver muchos problemas, el dinero ahora no es lo que más le preocupa. «Lo que me da coraje es que uno tenga que estar desconfiando de todo el mundo y que existan personas así, tan malas personas», espeta.

«Me han dejado listo», admite el afectado al hablar del dinero. «Pero ¡qué le vamos a hacer!; ya saldremos adelante», se despide resignado, no sin antes considerar que el banco podría tener parte de responsabilidad porque él nunca, afirma, había realizado antes transferencias de más de 300 euros.