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Veinte kilos de colorante para escribir «Franco» en el Veleta
Francisco Franco visitó Granada en siete ocasiones, la primera poco después del final de la Guerra Civil
IDEAL
Miércoles, 23 de octubre 2019
Miles de republicanos iniciaban su camino hacia el exilio cuando Francisco Franco visitó Granada por primera vez. Fue el 20 de abril de 1939, la ... guerra había terminado apenas dos semanas antes. Llegó desde Málaga acompañado por el general Queipo de Llano. Mujeres de mantilla de las más distinguidas familias granadinas esperaban con flores en la plaza del Carmen cuando el Jefe de Estado y su séquito entraron por la Gran Vía y bajaron por Reyes Católicos. Desde el balcón del Ayuntamiento se dirigió al pueblo de Granada al que felicitó por su valor y entrega durante la contienda. Vestía uniforme militar de campaña color caqui y camisa azul oscuro con gemelos de oro. Calzaba botas altas de montar con espuelas doradas y una boina roja con una escarapela bordada en oro y un brillante en el centro. Visitó la Catedral, la Capilla Real, la Alhambra, la basílica de las Angustias, las trincheras nacionales de la Cuesta de las Cabezas y se alojó en el Ayuntamiento al que ilustres granadinos cedieron mobiliario para habilitarlo como residencia.
Volvió el 10 de mayo de 1943. Entonces paseó por la ciudad en coche de caballos con el alcalde Gallego Burín con el que prácticamente estrenó la calle Ángel Ganivet . En octubre de 52 presidió en Granada el V Centenario de los Reyes Católicos, inauguró los pabellones del Hospital Clínico y el colegio Mayor Isabel la Católica.
Tras un abril de trágico recuerdo en el que la tierra tembló y siete personas murieron como consecuencia directa del terremoto en el que Albolote se llevó la peor parte, el dictador visitó la zona cero de la catástrofe. Cuentan que dijo: «Que Dios me dé fuerzas para remediar todo esto». Corría el mes de mayo de 1956. Antes de marcharse, descubrió la placa que daba por inaugurado oficialmente el pantano del Cubillas. Un año después presidió junto a su esposa la clausura del IV Congreso Eucarístico Nacional que tuvo como monumental escenario la explanada del Triunfo donde se levantó un altar portátil.
De nuevo en mayo, esta vez de 1961, volvió en una apretada visita de dos días en la que rezó en las Angustias, inauguró la Facultad de Farmacia, visitó la finca de Los Mártires, presenció la bendición del pantano de los Bermejales y inauguró el abastecimiento de aguas potables de la Malahá. Se desplazó en coche descubierto desde donde saludaba a los curiosos que salieron a su encuentro. Tito Ortiz contó en este periódico una divertida anécdota de aquella jornada cuando, al dirigirse a los congregados, gritó «¡Queridos malagueños!». También en aquella visita conoció Sierra Nevada. Veinte kilos de polvo colorante se vertieron para escribir su nombre sobre la nieve del Veleta. No sabemos si llegó a ver tan curiosa decoración porque no pasó del Albergue Universitario donde se reunió con el gobernador civil y el alcalde Manuel Sola para conocer los proyectos para el desarrollo turístico de la montaña granadina.
La última visita a Granada tuvo lugar en 1963 para conocer los estragos de los catastróficos temporales que se iniciaron con las lluvias de octubre del año anterior y que arreciaron el mes de febrero. Acudió al Sacromonte para comprobar los daños de las lluvias torrenciales en las casas cueva y conoció el proyecto para levantar en la Huerta de la Virgencica, una barriada provisional para acoger a los damnificados que tardó más de veinte años en desmantelarse.
Hijo predilecto y Memoria Histórica
La sangría de la Guerra Civil no había hecho más que empezar cuando Granada acordó nombrar a Franco hijo adoptivo de la ciudad. El 20 de noviembre de 1936 la gestora municipal, presidida por el entonces alcalde Miguel del Campo, concedía el título honorífico al militar que había encabezado la sublevación contra el gobierno legítimo de España. Terminada la sesión del Cabildo, el alcalde dirigió un telegrama al general: «Hónrome participar V.E que Ayuntamiento sesión acaba de celebrar acordó mayor entusiasmo nombrarle hijo adoptivo de Granada«. En 2008, cuando se aprobó la Ley de Memoria Histórica, el PSOE remitió al entonces alcalde, José Torres Hurtado, una «petición de información» sobre este asunto. La Ley establece que las «administraciones públicas deberían retirar las menciones conmemorativas de exaltación de la Guerra Civil y la posterior represión». El Ayuntamiento contestó que no había constancia documental de que el dictador tuviera este honor y ahí quedó la cosa.
Sí hay foto del presidente de la Diputación provincial, López Nebrera, colocando en el pecho del Caudillo la medalla de oro de la provincia. Fue el 19 de mayo de 1957 y era la primera vez que se otorgaba esta distinción creada para la ocasión con motivo del veinte aniversario del alzamiento. Medio siglo después, en febrero de 2009, el pleno provincial revocó aquella decisión. Franco perdió su medalla por los 15 votos de PSOE e IU. El PP se abstuvo en aquella votación.
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