Edición

Borrar
Vecinos concentrados en el mirador de San Nicolás para exigir estabilidad para el centro de salud del Albaicín. Mercedes Navarrete
Vecinos se plantan para exigir mejoras en el centro de salud del Albaicín: «Aquí ya no sabes quién será tu médico la próxima cita»

Vecinos se plantan para exigir mejoras en el centro de salud del Albaicín: «Aquí ya no sabes quién será tu médico la próxima cita»

Vecinos del Albaicín llevan al mirador de San Nicolás su protesta por la «inestabilidad» del centro de salud y se concentrarán cada mes hasta lograr respuestas

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 11 de agosto 2019, 17:32

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Don Antonio me estuvo atendiendo 26 años en este centro de salud, ahora los médicos no me duran ni un mes». Es el lamento de Conchi, de 71 años, que echa de menos poder contar en su centro de salud del Albaicín un médico de cabecera que conozca bien su historial y sus tratamientos. Muchos más vecinos del Albaicín comparten la misma queja y en la mañana de ayer se plantaron, con una gran carpa, sombrillas y hasta nevera, en el mirador de San Nicolás para exigir mejoras para su centro de salud.

La protesta organizada por la asociación Amigos del centro de salud del Albaicín, pretende ser una llamada de atención ante la «inestabilidad» que han provocado en el ambulatorio la sucesión de jubilaciones, contratos temporales y traslados que han tenido lugar en el último año y medio. Por las consultas del centro han pasado hasta cinco facultativos diferentes en 16 meses, según denuncian, e igual pasa con el personal de enfermería. «El centro de salud no es una caseta de peajes de una autovía ¡es medicina de familia! Aquí ya nunca sabes el nombre del médico o enfermero que te atenderá en la próxima cita», resumen desde la asociación amigos del centro de salud Albaicín. Su portavoz, Álvaro Moral, explica que fue el propio equipo sanitario el que lanzó un SOS y que la asociación recogió el guante, organizando reuniones de vecinos que han cristalizado en estas protestas.

El matrimonio formado por Pilar y Pepe, gran dependiente en la imagen de arriba. Abajo, Emilia y Carmen y Conchi y Rosa, participando en la protesta en el mirador de San Nicolás. Mercedes Navarrete
Imagen principal - El matrimonio formado por Pilar y Pepe, gran dependiente en la imagen de arriba. Abajo, Emilia y Carmen y Conchi y Rosa, participando en la protesta en el mirador de San Nicolás.
Imagen secundaria 1 - El matrimonio formado por Pilar y Pepe, gran dependiente en la imagen de arriba. Abajo, Emilia y Carmen y Conchi y Rosa, participando en la protesta en el mirador de San Nicolás.
Imagen secundaria 2 - El matrimonio formado por Pilar y Pepe, gran dependiente en la imagen de arriba. Abajo, Emilia y Carmen y Conchi y Rosa, participando en la protesta en el mirador de San Nicolás.

Los actos reivindicativos comenzaron en julio y el pulso se mantendrá con concentraciones los días once de cada mes «hasta obtener respuestas y mejoras por parte de la administración». Los vecinos critican que no se hayan cubierto adecuadamente las bajas del equipo médico «y lo hayan sometido a una inestabilidad que redunda en la atención a los usuarios».

Visitas a domicilio

Blanca Marcos, médica y vecina del barrio subraya además que el centro de salud del Albaicín tiene características especiales, por las dificultades de accesibilidad del barrio, que obligan a los profesionales sanitarios a realizar numerosas visitas a domicilio con mayor carga de trabajo. Los vecinos lamentan especialmente la marcha de una doctora que trabajaba en comisión de servicio en el centro de salud «y la han trasladado contra su voluntad». «Ella era la médica con más antigüedad en el centro y el referente para los de paso», apuntan. «Desde que se jubiló mi doctora Carmen voy como los toreros, con el capoté de acá para allá. Nos cambian muchos de médico y te atienden tan cansados que te despachan en cinco minutos. Y eso después de esperar siete días para que te den la cita», Emilia Soriano, nacida hace 71 años «en el balcón de los Pintores» de este barrio.

Emilia es una de las mayores que ayer acudió a la protesta y piensa ir a todas las siguientes. «Es que la salud no es un juego», justifican Carmen y Rosa, de 68 años y 80.

Por la misma razón, José Antonio Fernández, que es gran dependiente y se mueve en silla de ruedas, hizo también ayer el esfuerzo de culminar la carrera de obstáculos para llegar al mirador desde su casa. «Tuve que luchar años por una rampa para el centro de salud y ahora que tengo la rampa me quitan los médicos», ironiza Pepe. «Este centro era modélico es una pena que se haya deteriorado así el servicio», lamenta su mujer Pilar Santomé, que apunta que además de las políticas de personal del SAS hay otros problemas, como las dificultades de aparcamiento que hacen que los médicos rechacen trabajar en este centro.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios