Vecinos del Albaicín y estudiantes americanos se unen contra los grafitis del barrio
Albaicín ·
Compraron pintura con dinero de su propio bolsillo para dejar impolutas algunas de las calles en peor estado del barrio, una acción para «luchar contra la degradación» del AlbaicínAlberto Flores
Granada
Martes, 14 de diciembre 2021, 01:02
Granada cuenta con muchos tesoros: la Alhambra, Sierra Nevada, la Catedral, la Abadía del Sacromonte… Una lista tan larga que, si quisiéramos, podríamos continuar alargándola ... durante mucho tiempo. Y entre todas esas joyas, hay un lugar que conmueve a quienes lo visitan por primera vez: el barrio del Albaicín. Cargado de historia, se trata de una zona que es única en el mundo y que brinda en sus calles y miradores algunas de las postales más bonitas de las que se pueden disfrutar. De hecho, el barrio fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1984.
Pero la realidad del barrio no es la misma en todas sus calles. Al menos no en la actualidad. A pesar de contar con rincones únicos y bien cuidados, existen otros que prácticamente no se pueden transitar. Casas de okupas, basura en medio de la calle, orines, venta de droga… Y muchos grafitis que ofrecen una visión muy degradada de lo que cabría esperar de un barrio declarado Patrimonio de la Humanidad. Y, cansados de esta situación, los algunos vecinos del Albaicín han decidido unirse para poner fin a esta situación. Algo que han hecho, además, con una ayuda inesperada: la de algunos estudiantes norteamericanos que se han volcado para rehabilitar el barrio.
El primer objetivo: hacer desaparecer los numerosos grafitis de algunas de sus calles. Para lo que, desde la asociación de vecinos del barrio, decidieron comprar pintura y una gran cantidad de material. «La iniciativa surge porque nos preocupa ver la degradación que tiene el barrio, sobre todo en algunas zonas», cuenta a IDEAL María José Serrano, perteneciente a la asociación vecinal. Ella no se explica como algo que es Patrimonio de la Humanidad puede estar en tan mal estado: «Ante la desidia general hemos decidido que vamos a ser los propios albaicineros y las personas que aman el barrio los que lo cuidemos para el disfrute de todos».
«La iniciativa surge porque nos preocupa ver la degradación que tiene el barrio, sobre todo en algunas zonas»
María José Serrano
Miembro de la asociación de vecinos del Albaicín
La idea estaba clara, ahora quedaba lo más importante: contar con mano de obra. «Estuvimos hablando y surgió la idea de proponer a unos estudiantes de Estados Unidos que están en Granada que nos ayudasen como un proyecto de voluntariado y no lo dudaron ni un segundo». La convocatoria fue un éxito y se reunieron prácticamente dos decenas de personas entre vecinos y alumnos de Academic Programs International. Una de las primeras calles en la que trabajaron fue Correo Viejo en su esquina con calle Elvira, ya que, según María José, «comenzamos por lo que peor estaba». Y lo cierto es que su duro trabajo ha dado sus frutos y las pintadas, hasta ahora, han desaparecido: «Estamos muy orgullosos de cómo ha quedado y de la colaboración de la gente. Queremos enganchar a más personas para que el Albaicín recupere la dignidad y limpieza que le corresponde, ojalá dure mucho así».
Agradecimiento a la ciudad que les acoge
Aunque en España estos proyectos de voluntariado entre escolares y universitarios no sean tan comunes, es algo bastante habitual en Estados Unidos. Así lo explica a IDEAL Curra Chico, vecina del Albaicín y trabajadora de Academic Programs International, que cuenta como los estudiantes lo vieron como una oportunidad y «un acto de agradecimiento hacia la ciudad que les acoge». «Muchas veces la gente que viene de fuera valora más el barrio que nosotros mismos, que de tan cotidiano que es para nosotros perdemos la perspectiva de lo que tenemos», lamenta. La idea es que este tipo de proyectos, ya sea con estudiantes o solo con vecinos, continúen durante los próximos meses. «Se trata de que se piense que en vez de trabajar gratis es un esfuerzo por el barrio que quieren».
«Muchas veces la gente que viene de fuera valora más el barrio que nosotros mismos, que perdemos la perspectiva de lo que tenemos»
Curra Chico
Trabajadora de API
Los estudiantes de Academic Programs International provienen de diferentes rincones de Estados Unidos, aunque un nutrido grupo de ellos llega directamente de la Universidad de Carolina del Norte. Con 18 años casi recién cumplidos, aseguran que están «completamente enamorados» de Granada. Kennedy, Mateo y Olivia, entre muchos otros, son los jóvenes que aportaron su granito de arena para devolver algo de normalidad a las peores calles del barrio. «Tuvimos la oportunidad de pintar y ayudar a la comunidad para limpiar los grafitis y no lo dudamos», explican los estudiantes, que destacan que querían ayudar a la ciudad por todo lo que les ha dado durante su estancia. «Hemos pasado un tiempo muy divertido aquí y nos consideramos afortunados de haber estado en una ciudad tan bonita, es algo que queríamos hacer».
Un mensaje al barrio
Cerca de donde comenzaron a pintar vive desde hace siete años Miguel Ángel Díaz, un vecino que no dudó ni un segundo en coger el rodillo y ponerse manos a la obra. «La degradación de esta zona es bastante importante», explica Miguel Ángel, que comenta que no solo es un problema de grafitis, sino también de basura, suciedad y malos olores, una dinámica que están intentando romper. «Cuando vengo del colegio con mis hijos tenemos que ir esquivando de todo y ellos me dicen que vivimos en la calle más sucia de Granada. Y me da mucha pena porque no quiero vivir en la calle más sucia de la ciudad».
«Cuando vengo del colegio con mis hijos tenemos que ir esquivando de todo y ellos me dicen que vivimos en la calle más sucia de Granada»
Miguel Ángel Díaz
«Queríamos adecentar las calles y mandar un mensaje al barrio porque depende de nosotros tener todo limpio». De hecho, según este vecino, no pueden esperar a que alguien lo haga por ellos y es clave «crear conciencia». «Durará más o menos, porque volverán a pintar, pero ahí estaremos para volver a limpiar y romper esa dinámica de dejadez y suciedad». Sobre el hecho de que sean los propios vecinos los que promueven estas acciones, Miguel Ángel reconoce que «lo ideal sería que no dependiera de nosotros», y cree que esto debe ser también «un mensaje para las administraciones». «Otras ciudades con barrios históricos tienen brigadas de limpieza especiales. Si queremos que Granada sea atractiva para quienes la visitan debemos cuidar esto más». Consciente de que tendrán que volver a pintar más pronto que tarde, reconoce que sabe que se trata de una competición de «a ver quién se cansa antes»: «La manera de erradicar las pintadas es volver a pintar una y otra vez, y tenemos todo lo necesario para estar así hasta que se cansen».
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