La UGR enseña a usar la IA para sacar mejores notas sin engañar al profesor

«No se le puede poner puertas al campo. La inteligencia artificial existe y los estudiantes la usan. Lo que pretendemos es que lo hagan bien», resumen los organizadores del curso, Pedro Manuel Martínez y Belén Prados, profesores de Lenguajes y Sistemas Informáticos en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática y de Telecomunicación.

Martínez, director del curso, explica que la mayoría de los jóvenes saben generar trabajos de clase a través de las apps o crear avatares o iconos para usar en las redes sociales, pero la inteligencia artificial generativa (IAG) ofrece infinidad de herramientas mucho más interesantes para los estudiantes. «Se pueden usar como un asistente personal o para planificar el tiempo de estudio», señala. «Actúan casi como un profesor particular que complemente las lecciones de clase», apostilla la coordinadora del programa.

Por ejemplo, el estudiante puede cargar en la aplicación los apuntes del profesor y pedirle que ponga ejemplos de ese contenido teórico, lo explique con palabras más sencillas, lo resuma o haga un esquema, prepare problemas o haga un examen tipo test sobre ese contenido. También puede generar un podcast o un vídeo o buscar material complementario para ampliar el ofrecido por el docente.

Los organizadores subrayan que en la universidad los estudiantes se están preparando para entrar en el mundo profesional y eso les exige practicar la «integridad académica». Los estándares en el uso de la inteligencia artificial se basan en los aprobados por el Parlamento europeo en relación a la responsabilidad, la privacidad, la ciberseguridad, la propiedad intelectual o la ética.

Los profesores matizan que no hay unas aplicaciones seguras y éticas y otras que no lo son, a priori, pero sí que es posible emplearlas de forma correcta, de manera que el usuario no trate de engañar a nadie apropiándose de un trabajo que no es suyo ni regale información sensible a las empresas que las controlan. Por ejemplo, resaltan, la UGR tiene acuerdos con algunas empresas por los que todos los miembros de la comunidad académica pueden usar sus aplicaciones en la confianza de que su privacidad está garantizada.

El curso está dirigido a cualquier estudiante matriculado en la UGR, porque no es necesario tener conocimientos previos sobre el tema. Los organizadores están convencidos de que ninguno de su escuela se apuntará. «Ellos no tienen mucho que aprender sobre esto; al revés, podrían enseñarnos muchas cosas», se ríen al unísono.

Además, si esta formación tiene éxito, quieren repetir: planean ofrecer un curso enfocado al profesorado a finales de este año y, el que viene, otro para personal técnico, de gestión y de administración y servicios e incluso a profesionales de fuera de la Universidad.