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Unidad móvil de vacunación en el apracamiento del centro comercial Nevada PEPE MARÍN

Las unidades móviles de vacunación del Humilladero y el Nevada arrancan al ralentí

Los dos puestos habilitados por la Consejería de Salud y Familias reciben más de 900 dosis para inmunizar a los rezagados de la campaña, pero pocos usuarios pasan por ellos

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Viernes, 17 de septiembre 2021, 13:56

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Dos unidades móviles de vacunación se encuentran desde este viernes estacionadas en Granada. Una se sitúa en la Plaza del Humilladero, en pleno centro de la capital; la otra, en el Centro Comercial Nevada. En ambas, habilitadas por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, se busca a los rezagados de la campaña con el fin de engrosar el porcentaje de inmunización en la provincia. Sin embargo, las primeras horas de lo que se espera que sea un fin de semana intensivo de inoculación, debido a que no se necesita cita previa, apenas han contribuido a disminuir el 20% de la población diana -las personas mayores de 12 años- que hoy queda sin recibir ninguna dosis. Los puestos han recibido más de 900 dosis, pero los usuarios que pasaron por ellos se cuentan con una mano.

Solo dos personas aguardaban en las puertas del camión ubicado en la Plaza del Humilladero cuando dio la hora de inicio. Una de ellas, un señor asiático que fue redirigido a un centro de salud para solucionar un problema con su documentación. La otra era Mariano Zamora, que acudió para tratar de recibir la segunda dosis. «Creo que estas unidades facilitan que las personas que, simplemente por dejadez o por falta de tiempo, no se han vacunado y, cuando vean esto, digan 'oye, en un segundo lo podemos hacer», expresa. Ambos encuentran, sin embargo, que los fármacos no han llegado a las 10.00 horas, momento fijado para el inicio de la inoculación.

Lo hicieron con media hora de retraso, debido a que «no estaba el material fungible preparado», según aclara Soledad Cabrera, enfermera en el céntrico punto de vacunación. «Hoy se pone Pfizer; tenemos 80 viales, que son unas 400 dosis, y se vacunará hasta las 20.30 horas durante viernes, sábado y domingo», explica a IDEAL. No se ha fijado una cifra de inyecciones diarias, si bien la sanitaria espera que «venga toda la gente que queda por vacunar». «Cuanta más gente, mejor», sintetiza, con el deseo de que «se gastaran los 80 viales».

Unos veinte minutos antes llegaron los compuestos a la unidad instalada en el Centro Comercial Nevada. En total, 585 dosis, también del fármaco desarrollado por Pfizer y BioNTech, listas para ser inyectadas, aunque por el momento son pocas las que se han podido inocular. «En las primeras horas de inicio, es verdad que la cosa va un poquito más despacio, porque hoy, siendo viernes y todavía laborable, el centro comercial está menos transitado», argumenta Francisco Javier Puga, enfermero en el camión habilitado en Armilla. «Tenemos la posibilidad de solicitar más vacunas en el centro de salud si así fuese necesario. La vacunación es a demanda del público», abunda, si bien el ritmo no invita a pensar que llegue a ser necesario. Al borde del mediodía, apenas tres personas habían pasado por el puesto.

Reticencias

La cuarta es Víctor Alfonso Castrillón, con quien el camión cumplió el cometido para el que fue habilitado. «Me he enterado hoy mismo, porque, al pasar por la carretera, vi el puesto móvil. Al principio, tenía mis reticencias con la vacuna. Lo he dejado un poco a la vuelta de las vacaciones. Al verlo y comprobar que estaba bien situado, que no había cola, me he animado y he tomado la firme determinación de vacunarme», relata, poco después de retirarse el algodón del hombro. Califica su experiencia como «muy positiva», por las facilidades que supone esta vía de inmunización y porque «está todo muy sistematizado, muy bien organizado», a su juicio.

Ninguno de estos argumentos convence a la familia Amador, que sale del centro comercial cargada de bolsas y se cruza con el puesto móvil. «No es que seamos negacionistas, es que nos da miedo no saber lo que nos meten», justifican. También tuvo sus dudas Alejandro Enríquez, quien reconoce a las puertas de la unidad que no se vacunó antes «por los prejuicios que tenía la sociedad ante la vacuna».

No obstante, decidió finalmente inmunizarse. «Viendo cómo va la cosa, es mejor ponérnosla. También, trabajo de cara al público, en un restaurante. Entonces, lo veo lo más responsable», agrega. Alicia Martín le acompaña, decidida desde que una amiga, que es enfermera, le informó de la posibilidad de pasar sin cita previa por este punto. «No me la he puesto antes porque pasé la covid-19 antes de verano y me dijeron que tenía que esperar seis meses. Cuando me han dicho que me puedo vacunar, enseguida he venido», detalla.

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