Los últimos barristas, artesanos en extinción
La familia Jiménez-Mariscal desvela los secretos de este trabajo granadino
IDEAL
Domingo, 13 de julio 2025, 23:53
«Mis hijos no me han dado nietos y tampoco tenemos aprendices que puedan continuar el oficio», afirma Jesús Jiménez-Mariscal, el máximo exponente de ... los barristas granadinos, continuador de las tradiciones artesanas, iniciadas a mediados del siglo XIX, de modelado del barro para crear pequeñas y medianas esculturas, figuras costumbristas para belenes, representaciones de la forma de vida del sur de España. Bandoleros, gitanillas, toreros, o imágenes religiosas, un sinfín de personalidades de un país que buscaron los viajeros románticos y que aún persiguen coleccionistas.
Jesús Jiménez Mariscal y sus hijos Ernesto y Héctor, junto al profesor de Historia del Arte de la UGR, Francisco Manuel Valiñas López, fueron los protagonistas de una charla entrevista con el periodista Juan Enrique Gómez, en el Carmen del Aljibe del Rey, en el ciclo el Agua y la Palabra, que organiza Fundación AguaGranada.
«Durante la segunda mitad del siglo XIX, con la llegada de lo que hemos llamado viajeros románticos a España y especialmente al sur y a Granada, la artesanía del barro, con sus figuras costumbristas, experimentaron un importante auge que se mantuvo durante más de un siglo y generaron la creación de muchos talleres», afirma el profesor del departamento de Historia del Arte de la UGR, Francisco M. Valiñas. Solo ha quedado un verdadero taller de barristas en la ciudad que conserve la tradición, el de Jiménez-Mariscal y reconoce que esta expresión artística está en peligro de extinción.
Visitar el taller de los Jiménez-Mariscal es viajar en el tiempo y adentrarse en un universo en el que decenas de figurillas de pequeño y gran porte, parecen cobrar vida en las manos de Jesús y su hijo Héctor, rodeados de pinceles, espátulas, pinturas de mil y un colores y moldes de sus centenares de creaciones. «Hay mercado para esta artesanía porque se trata de obras de gran calidad artística, aunque la llegada del plástico y la fabricación a gran escala destruye los pequeños talleres», afirma Ernesto Jiménez-Mariscal, profesional de la gestión empresarial, que colabora con su padre y hermano en el taller familiar. «Aunque considero que vamos hacia la extinción debido a que no tenemos continuadores posibles, la realidad es que hay personas que nos buscan, porque quieren autenticidad y calidad», afirma.
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