Yolanda Benito | Directora del Ciemat

«Los últimos acontecimientos demuestran que el mundo de la energía es más complicado de lo que pensábamos»

- ¿Qué es el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) y qué papel juega en el acelerador?

- Es un organismo público de investigación que depende del Ministerio de Ciencia e Innovación y trabaja en tres ámbitos diferentes: energía, medio ambiente y tecnologías. Es en el ámbito de los desarrollos de nuevas fuentes de energía y tecnología donde surgió en los años 90 un grupo que empezó a trabajar y pensar que la energía de fusión podría ser la energía del futuro.

- No es casual que la mayor infraestructura científica que se construirá en el país vaya a estar dedicada a la energía...

- No lo es. El mundo de la energía es complicado. Los últimos acontecimientos nos han demostrado que lo es incluso más de lo que pensábamos. Tenemos que estar preparados y anticipando soluciones porque muchas de nuestras creencias y modelos del pasado estamos viendo que no se mantienen. Planificar infraestructuras, en un futuro, que nos hagan independientes con una energía limpia y sostenible como es la fusión es un reto, pero es una excelente decisión.

- ¿Se está agilizando la investigación en este ámbito?

- Sí, en todo lo que tiene que ver con las energías renovables y todo lo que nos ocupa que es el campo de la fusión. Ciemat tiene un papel muy importante en el ámbito de las energías renovables. El año pasado, 2022, fue un año muy importante para la fusión porque hubo determinados retos tecnológicos en los que el hombre demostró que está preparado para avanzar, con noticias muy esperanzadoras sobre el futuro de la fusión como fuente de energía.

- Hubo grandes avances en Reino Unido y Estados Unidos. ¿España en qué posición está?

- España también tiene grandes avances. En concreto, el Laboratorio Nacional de Fusión y el Ciemat, donde está ubicado, participan en todos estos experimentos que a nivel internacional se están desarrollando y no solo con personas, sino con tecnología desarrollada por Ciemat y por España. Somos parte de todos esos avances, además de los que el Ciemat está teniendo en cuanto a materiales, etc.

- Parece que la energía de fusión ya no es una quimera. ¿Cuál es el plazo?

- Siempre me acuerdo de lo que el anterior director del Ciemat, un gran experto en fusión, comentaba siempre: el plazo es de 30 años. Ya se ha quedado como una especie de coletilla y de broma en el mundo de la fusión. Los avances van a ir mucho más deprisa que esos 30 años, pero para disponer de plantas como las que visualizamos, que generen energía fiable y sin riesgos tecnológicamente con todos los retos resueltos, probablemente estemos hablando de unos periodos de tiempo largos. No diría cuanto, pero no son cuatro o cinco años.

- Granada contribuye con el estudio de los materiales que resistirán esas reacciones de fusión. ¿En qué punto está?

- Va cumpliendo los hitos que estaban previstos. El primero y muy importante era montar el 'steering commitee' que tuvo lugar el 16 de marzo. A partir de ahí, la carga científica es la más importante en un proyecto como este, que tiene una envergadura en la que hay que resolver grandes retos. Se necesita todo el conocimiento. El 'steering committee' que reúne a todos los expertos e intenta atraer a todos los países para que se sumen desde el punto de vista de soporte económico, está avanzando de la manera adecuada.

- ¿Alguno de esos países ha especificado ya cómo va a contribuir al proyecto?

- Están avanzadas las reuniones a alto nivel con los países y se está evolucionando rápidamente, pero no forma parte de los cometidos que tengo como directora del Ciemat. Conozco las noticias y sé que probablemente en próximas semanas o meses tengamos buenas noticias en ese sentido. Es un proyecto muy importante para España, para Europa y para el mundo. Es una realidad y la inmensa mayoría de los países que apuestan por la fusión se van a sumar al proyecto de alguna manera.

- ¿Un proyecto de este tipo puede cambiar una provincia?

- Yo diría que sí. A un nivel mucho más modesto, la inversión que se hizo en el Ciemat en su día para construir el acelerador TJ-2 que tenemos nosotros fue de 30 millones de euros. Esto fue en los años 90. A día de hoy, según datos del CDTI, el sistema español ha podido recuperar 1.300 o 1.400 millones de euros de empresas del sector en su participación con proyectos relacionados. La envergadura que va a tener Ifmif-Dones no es la de esta infraestructura, será mayor, tendrá un efecto multiplicativo muy claro para el sector empresarial nacional y desde luego mucho más en el local.

- El acelerador está por diseñar, por imaginar. Esto va a requerir la participación de las empresas. ¿Está bien engrasado el sistema de colaboración público-privada en la ciencia?

- Está bien engrasado, mejor en unos sectores que en otros. Tenemos que ser optimistas. Si hay un sector en el que la colaboración público-privada es en el ámbito de la fusión. Los retornos que ha tenido el sector industrial español como consecuencia de esa colaboración entre los diseños que se hacían desde el punto de vista tecnológico son espectaculares y no los ha habido en ningún otro campo. Yo daría un sí rotundo.

- Recibe un reconocimiento por parte de las mujeres investigadoras del acelerador. En el 'steering' no había ninguna mujer entre los máximos representantes científicos de los países. ¿Hay techo de cristal en la ciencia?

- Sí lo hay. El responsable del grupo de fusión en el Ciemat contaba hace nada que en el grupo de expertos a nivel europeo que se reúne sobre fusión hay once hombres y una mujer. Eso es así. Yo tengo que decir que a nivel de investigación en un centro como el mío sigue habiendo en determinadas áreas más hombres que mujeres. Es una realidad. Hay sectores en los que la mujer se ha encontrado más cómoda por determinadas circunstancias y otros en los que no. En este campo hay que romper un techo de cristal. Iniciativas como Women in Dones me parecen muy interesantes.

- ¿Es una cuestión de base, desde la educación, o de que las científicas no consiguen llegar a puestos altos?

- Hay un poco de todo. Un poco de cómo se visualiza ese tipo de carrera, que es complicada, y luego de compatibilizar eso con las cargas familiares que siempre ha asumido mayoritariamente la mujer. La falta de referentes hace que las chicas jóvenes no encuentren con quién identificarse. Esos modelos, ahora mismo, están otros ámbitos. Es complicado captar talento en el mundo tecnológico para hombres y mujeres, es un problema de las universidades en general, pero mayor en las mujeres, por un mix de cuestiones culturales, sociales, de creernos que no vamos a poder llegar. Pero se está cambiando. Se necesitan pasos más grandes pero las cosas van mejorando.

- Hoy será referente para las 'estudiantes' del Dones...

- Soy la primera mujer en llegar a la dirección de un centro como el Ciemat después de muchos años y 19 directores que me han precedido. Intento, cuando hablo o me llaman para este tipo de charlas, demostrar que las mujeres podemos hacernos un hueco y compatibilizar con nuestra vida. Soy madre, tengo tres hijos. He podido hacerlo. No es fácil, pero tampoco otras muchas cosas en la vida.