El turismo rural escapa a las cancelaciones con un 80% de ocupación

La inflación y el temor a la crisis económica que se espera para el otoño provoca oleadas de cancelaciones, que rápidamente se suelen reponer en el entorno rural con reservas de visitantes que buscan un turismo sosegado. De acuerdo con la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, Baza, Huéscar y el Altiplano alcanzan un 85% de ocupación en agosto y encaran septiembre con un 70% en la primera quincena. Gregorio García, presidente de los empresarios turísticos, califica de «magnífica» la temporada turística con ocupaciones medias del 85% y reservas al alza, con buenas perspectivas para septiembre también en la Alpujarra, «zona de segmento rural más consolidada». En esta comarca, el 81% de las camas están reservadas para la primera quincena de agosto. La segunda parte del mes se mantiene al 72% por ahora y afronta el fin del verano con un 69%. Las perspectivas son halagüeñas también en la Costa Tropical, que roza de media el 90% de ocupación para todo agosto, aunque después se desinfla y se queda con un 66% de las 7.000 plazas hoteleras reservadas en septiembre.

En la capital, los hoteles y alojamientos han logrado mejorar su situación con respecto a julio levemente. La ocupación se desplomó por debajo del 30% al inicio del mes, pero con la llegada de agosto, en esta primera quincena, remontan hasta el 45%, un 51% para la segunda quincena. A partir de septiembre el sector confía que las reservas repunten con el descenso del calor, aunque de momento cuentan solo con un 59% de la planta hotelera ocupada en toda la ciudad de la Alhambra.

En el Poniente granadino, Guadix y el Marquesado han recibido menos visitas que el año pasado y la media de los establecimientos oscila entre el 40 o 45%. Por último, la planta hotelera de Cetursa en la Sierra permanece cerrada, aunque la oferta de alojamiento es amplia en esta época. La federación achaca los datos a la preocupación económica de los españoles. «La incertidumbre en la capital es completa, se confirma julio como el peor julio de los últimos cinco años. La inflación es un desastre que está afectando de forma determinante», apuntan.

Casasrurales.net advierte que han observado el mismo fenómeno, pero en estos entornos las reservas son estables, las gallinas que entran por las que salen. «Esta siendo un verano bastante positivo, pero sí que está ocurriendo algo bastante extraño, había muchas reservas hechas con bastante antelación que se están cancelando a última hora, debido sobre todo a la inflación, hay mucha gente que está cambiando sus destinos por el precio del desplazamiento y se está quedando más cerca de casa o está reduciendo sus estancias a menos días. Afortunadamente se consigue volver a alquilar rápidamente debido a la alta demanda», explican desde el portal online nacional, uno de los tres más importantes de España, que gestiona 3.517 casas rurales en la región, 647 casas de ellas en Granada. A pesar de las cancelaciones, la ocupación está rondando el 100% y el perfil de los viajeros es el mismo de siempre, familias, grupos de amigos, parejas y «bastante» cliente extranjero.

En otro de los bastiones del turismo rural granadino, las casas cuevas de la zona Norte, las perspectivas son mayoritariamente optimistas pese a las variaciones en las reservas.

Natalia Guidoni, gerente de la Asociación Andaluza de Cuevas Turísticas, integrada por 60 empresas, la mayoría en Guadix y el área del Altiplano, destaca que el verano se desarrolla con «irregularidad» por las reservas y cancelaciones por oleadas. «Los huéspedes vienen al frío de la cueva, pero las olas de calor nos están penalizando. Julio ha acabado con un 70% y este agosto, con las fiestas, esperamos llenar y superar el 80%. Nos da la sensación de que el pasado verano fue mejor», asegura la empresaria.

La asociación apunta que la difusión del Geoparque da sus frutos. Además, se ha constatado el regreso del turismo extranjero. «En muchos puntos, la mayoría de los turistas que tenemos son extranjeros belgas, holandeses o franceses. Agosto solía ser de familias españolas y ahora percibimos un repunte de extranjeros. Seguimos siendo un destino económico», señala.

Sin embargo, la asociación ha detectado que, a pesar de que siguen siendo rentables, las empresas de ocio activo de la comarca han recibido menos reservas que otras temporadas por las olas de calor y las altas temperaturas. «Los que vienen prefieren quedarse al fresco en la piscina», dice Guidoni.

En el Valle de Lecrín se sitúan a niveles de 2019. En julio la ocupación media ha rondado el 85%, al igual que antes de la pandemia y en agosto de momento un 80% de las camas están ocupadas por ahora, según Isaías Padial, presidente de la asociación de alojamientos y empresas rurales.