Trump amenaza al campo con aranceles que pueden hundir las exportaciones de Granada
Los agricultores de la provincia ven con temor perder parte de los 28 millones de euros que lograron exportar a Estados Unidos en 2018
Álvaro lópez
Granada
Viernes, 4 de octubre 2019, 00:41
Los agricultores, cooperativas, distribuidores, propietarios de fábricas del medio rural y, en general, las miles de familias que viven del aceite y el vino, y ... en menor medida del queso, las frutas, la carne de cerdo y el marisco, se han visto sorprendidos por cómo se tambalea uno de los pilares de su negocio: la exportación a Estados Unidos. Porque su presidente, Donald Trump, quiere imponer unos aranceles aduaneros del 25% que, en la práctica, casi suponen su destierro del país. El sector agroalimentario pone en riego unos 1.000 millones de euros en las ventas dirigidas a ese país hasta ahora. Y lo hace como consecuencia de una sanción a un sector ajeno a su actividad: el de la aeronáutica, liderado por Airbus, que también recibe su sanción en forma de tasa aduanera, aunque en menor cuantía (un 10%).
El sector agroalimentario se lamenta del efecto colateral que deben soportar tras las sanciones anunciadas por el presidente de EE UU, Donald Trump el miércoles. Lo hizo tras conocer el veredicto de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el que le autorizaba a aplicar medidas por 7.500 millones como compensación a las ayudas otorgadas por los países europeos a Airbus. En esta tesitura, los agricultores de Granada se han declarado en pie de guerra.
El campo, preocupado
Al campo granadino le crecen los enanos con esta declaración de intenciones de Trump sobre las exportaciones. Y sucede porque Granada destaca por ser, por ejemplo, la tercera región española con mayor volumen de ellas en aceite de oliva.
«Nuestra provincia está explotada en su mayoría por familias y pequeños agricultores que tienen terrenos de alrededor de una hectárea y que pueden ver su economía muy dañada», comenta Nicolás Chica, un hombre que sabe bien de lo que habla pues es el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) en Granada. Él es quien expresa el temor a que la propuesta americana pueda hundir aún más la precaria situación del campo granadino.
La provincia cuenta con una producción agrícola cuya principal fuente de recursos es el aceite de oliva. Y este se ve amenazado porque en la propuesta de Trump no se incluye a Italia, principal competidor de España en este producto. «No me gusta que lo llamen loco, porque no lo es, sabe perfectamente lo que está haciendo», señala Chica.
Aunque el portavoz de UPA reconoce que «la mayor parte de las exportaciones agrícolas de la provincia se hacen a Europa», la realidad es que en los últimos años han ido creciendo paulatinamente hacia Estados Unidos. En cifras globales, según datos de España Exportación e Inversiones (ICEX) en 2018 se exportaron 28 millones de euros procedentes del campo granadino, de los cuales más de la mitad (17) fueron a través del aceite de oliva y productos derivados.
El proyecto proteccionista de Trump afecta también a «la Costa Tropical tiene mucho que decir en cuanto a frutas y hortalizas porque además se han hecho muchos esfuerzos para llegar al otro lado del océano», indica Nicolás Chica. En pleno crecimiento para abrirse al mercado exterior, los aranceles frenan la subida.
El agricultor cree también que, con estas guerras comerciales entre Europa y Estados Unidos, «se empeora aún más la economía de las familias que viven del campo, que ya empiezan a sufrir la competencia de las grandes empresas que les impiden operar con unos costes que sean dignos para que el campo sea rentable».
A toda esta situación hay que añadirle que «falta mano de obra». Nicolás Chica teme que «la gente esté abandonando el campo porque encuentran bonanza económica en otros sectores». De modo que los bolsillos de los agricultores siguen haciendo malabarismos para poder sobrevivir en la provincia de Granada.
Al menos 2019 ha dejado noticias positivas. Pese a que las lluvias caídas sobre todo en Baza han resultado muy excesivas, «ya hemos recogido la almendra y en breve haremos lo propio con la aceituna, así que la lluvia en general ha sido bienvenida». Por lo tanto, a la ecuación de los problemas de la agricultura granadina se le puede despejar el del mal tiempo.
Cautela
A diferencia de la visión del portavoz de UPA Granada, Josep Paulau, responsable de desarrollo internacional de Conde de Benalúa (Cooperativa granadina San Sebastián productora de aceite de oliva), se muestra ligeramente más optimista ante lo que pueda ocurrir: «Hay que tener cautela y esperar a que la decisión sea firme, porque aún hay dudas sobre qué tipo de políticas se van a implementar».
En todo caso, asume que «si Estados Unidos quiere aceite de oliva, nos necesita a nosotros, porque Italia –que también exporta este producto- no produce suficiente cantidad como para abastecerse a sí misma y cubrir las necesidades americanas». Aunque la decisión de Trump puede suponer un «freno a la expansión comercial del aceite granadino y hace daño a las exportaciones, no afecta al que ya se ha producido».
Palau señala que «si Estados Unidos no compra el aceite de oliva que nos ha venido comprando, lograremos introducirlo en otros mercados porque no es nuestro comprador principal». Si el país norteamericano continuara con esta política proteccionista, «continuaríamos produciendo aceite pensando en otros países que quieran importarlo», concluye.
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