Cuatro meses sin noticias de la oveja Mercedes

Amadou solía pasear por el centro de Granada con el ovino y con Negra, su perra de raza doberman. Una estampa de lo más peculiar que atraía a los turistas como polillas a la luz y que el amo aprovechaba para beneficiarse económicamente pidiendo un euro a los que se interesaban por la oveja.

Una de las noches en la que el hombre recorría la calle Elvira con sus dos animales, la Policía Local procedió a retirar la oveja. El argumento de los agentes, que posteriormente se confirmó en la oficina de Medio Ambiente, fue que la oveja se requisaba por ir suelta. En ese mismo momento Amadou comenzó su particular cruzada para recuperar la que consideraba su «compañera de piso».

Durante las dos primeras semanas se sucedieron decenas de idas y venidas a las oficinas municipales y múltiples llamadas a las protectoras de animales. Pero estas actuaciones no han dado resultado y, a día de hoy, la oveja Mercedes sigue fuera de la cueva en la que vivió desde que era una corderita.

Según informaron desde Medio Ambiente, el procedimiento habitual para este tipo de casos de incautación de mascotas 'normales', pasa por presentar la documentación de dueño y mascota, el pago de una tasa a modo de multa por la retirada del animal y un incremento de cinco euros por día sumando el total de fechas en las que la oveja haya residido en la protectora.

Estos son los pasos a seguir para recuperar un perro, un gato o un loro... si bien lo de la oveja, como señalan los trabajadores de la oficina de Medio Ambiente, es un caso 'insólito'. «No me dejan verla, no sé donde está y me gustaría poder visitarla», explica Amadou, el dueño de la oveja requisada.

La casa de Amadou, en el Barranco de los Naranjos, se cierra con un candado de moto. Un conejo se esconde debajo de una carretilla y una gallina hace lo propio tras una valla. Una perra completa el grupo de animales con los que convive ahora Amadou, que entristece la expresión de su cara cuando recuerda a su oveja perdida. «Hablar de Mercedes me entristece mucho. No se por qué se la llevaron, aquí estaba bien», explica mientras señala la ladera soleada que desciende desde la ermita de San Miguel Alto. Un paraje que servía a la oveja para pastar a sus anchas y donde, según asegura su dueño, el animal vivía feliz.

Amadou asegura que va a seguir luchando por recuperar al animal y se queja de que desconoce su paradero. La multa y el incremento de cinco euros diarios eleva a unos quinientos euros la cantidad que el propietario tendría que desembolsar para recuperar a la oveja. Y sin embargo, el dinero parece no se un impedimento para el decidido. «Por el dinero no hay problema», asegura.

Amadou, vecino de Sacromonte desde hace siete años, lleva cerca de un año sin luz, pero según dice, es «por desuniones con los moradores». «Se puede vivir perfectamente con pocas cosas», defiende. Explica que no necesita lujos para ser feliz y que se gana la vida «con trabajos artesanales».

«Espero que esté bien, o que por lo menos esté viva», señala Amadou, que asegura que no tener noticias de la oveja le provoca una gran angustia.