«Es más traumático sufrir una pérdida evitable que reunirse menos personas a cenar»

–¿Cómo encaran los granadinos estas navidades tan extrañas?

–Lo que está pasando está teniendo efectos psicológicos en la población. El miedo e incertidumbre que nos genera esta situación insólita, la existencia de múltiples preocupaciones por las circunstancias económicas, unido a la reducción en las que eran nuestras actividades habituales, nos sitúa en una situación psicológica compleja donde estamos viendo sobre todo síntomas de ansiedad, depresión y problemas de sueño.

–Háblenos del componente emocional de estas fiestas y de cómo puede afectarnos todo lo que está pasando.

–Las navidades son fechas especiales en las que se nos vende que todo debe ser paz, armonía, amor y celebración, por lo que es fácil que esto agudice los estados emocionales negativos cuando choca con una realidad distinta. Es importante tener presente que no es inevitable sentirse mal. Uno no puede controlar ciertas circunstancias pero sí su actitud y su modo de responder ante ellas. Es útil que cada uno se pregunte qué le suele ayudar a afrontar el estrés y lo ponga en práctica.

–¿Es partidaria de las limitaciones en las reuniones familiares o cree que puede resultar traumático para muchas familias?

–No es que esté a favor de las limitaciones pero es que no va a quedar otra. El objetivo no puede ser 'salvar la Navidad' sino salir lo antes posible y de la mejor manera que se pueda de esta pandemia. Creo que es más traumático experimentar una pérdida que puede evitarse que reunirse menos personas a cenar.

–Las restricciones de la movilidad podrían separar a un nieto de su abuelo ¿eso mata?

–Todo va a depender de cómo reaccione ese abuelo. Si la persona se siente sola, desvalida o angustiada puede entrar en un estado emocional nocivo que aparte de ocasionarle un gran sufrimiento es capaz de generar inmunosupresión y desencadenar procesos de enfermedad que pueden desembocar en la muerte. En cambio, si estima que prefiere en este momento tomar todas las medidas de precaución posibles y que ya habrá tiempo de reunirse, hay que respetarlo. Nos estamos encontrando toda esta variabilidad, abuelos que apuestan por seguir haciendo su vida, pase lo que pase, y otros que tienen más miedo y son más precavidos.

–Desgraciadamente habrá ausencias en muchas casas a causa del virus ¿cómo se pueden afrontar estas pérdidas?

–Así es, y es habitual que el dolor por la pérdida de un ser querido se intensifique en estas fechas especiales. Además, las circunstancias que rodean a las muertes por Covid-19 están dificultando las reacciones de duelo normal produciendo en muchos casos lo que se denomina una reacción de duelo complicado o prolongado que no se resuelve fácilmente. Es muy importante el apoyo de familiares y amigos. No hay que evitar hablar del tema sino expresar lo que se siente, aceptar ese dolor como normal y darse un tiempo para integrarlo. En estas fechas se puede hacer algún pequeño homenaje sencillo a esa persona que falta para que de algún modo esté presente con nosotros.

–Los adolescentes y su impulso por salir ¿cómo se puede controlar esto en Navidades?

–En esas edades hay una fuerte necesidad de sentirse integrado en lo social. Recordemos, además, que a los universitarios no se les ha permitido asistir a clases presenciales con lo que su principal posibilidad de salir es vía ocio. Es un tema complejo y quizá ayude, por una parte, la labor de mentalización que hagan los padres en cada casa. Y por la otra intentar establecer en los días importantes unos límites que sean razonables para aumentar las probabilidades de que se cumplan bien.

–¿Como serían las Navidades que todos tendríamos que celebrar en 2020?

–Una clave importante es aceptar sin dramatizar que estas Navidades serán diferentes. Hay que centrarse en el día a día sin pensar demasiado en lo que vendrá y teniendo presente que 'esto pasará'. Lo mismo que el confinamiento de marzo aportó algunos elementos positivos, esta puede ser una ocasión única para redescubrir el verdadero significado de la Navidad. Recomiendo tratar de vivirlas de un modo más intimista. Dedicarnos a ver lo negativo de la situación, a quejarnos o tener comportamientos imprudentes no ayuda y puede devastar el ánimo y la salud. Es mejor opción intentar transitar estas extrañas fiestas con buen ánimo y creatividad, dando las gracias por lo que sí se tiene.