Los 'manteros' se propagan por Sierra Nevada ante la falta de vigilancia
Los empresarios alertan de que el problema crece mientras que Monachil reconoce no tener medios suficientes para atajarlo
Sergio González Hueso
Granada
Sábado, 15 de febrero 2020, 00:52
La venta ambulante se está convirtiendo en un problema grave para los empresarios de Sierra Nevada. A día de hoy nadie lo niega, desde el ... Ayuntamiento de Monachil a Cetursa, pero tampoco parece que tenga una solución a corto plazo. Cada día hay decenas de personas que venden ilegalmente artículos de uso común en la nieve y ofrecen servicios de ocio a precios mucho más baratos que en los establecimientos reglados. Una competencia desleal que supone para las tiendas una merma media diaria de entre 400 y 600 euros, tal y como calculan los afectados.
En el parking, en la plaza de Andalucía, en la zona de los más pequeños (Mirlo Blanco) y hasta en el arcén de la carretera. En estos y otros puntos de Pradollano se puede ser testigo casi a todas horas de la actividad que ejercen unos manteros que comercializan de manera fraudulenta principalmente gafas, gorros, bragas o guantes. Precisamente son esos complementos los que «mantienen a diario la mayoría de las tiendas de aquí», explica un empresario que prefiere mantenerse en el anonimato. Tiene miedo. Tanto él como su familia han recibido amenazas de estas personas por hacer visible su indignación en la estación.
Es un síntoma de la tensión que está provocando una convivencia antinatura entre los que pagan sus impuestos y los que no. El enfado es enorme entre los empresarios. Explican que la «inacción» de las administraciones competentes está provocando que estos episodios sean corrientes en el día a día de la temporada de esquí granadina. David, que pertenece a la asociación de empresarios de Sierra Nevada, cuenta que es una «barbaridad» lo que cuesta montar un negocio en la estación. Y más mantenerlo. Señala que el IBI está «altísimo» y que se está pagando de alquiler por locales en la plaza «entre 60.000 y 100.000 euros» por la temporada completa.
«Yo llevo un año con el negocio y me dedico a vender lo que todos: gorros, bragas o gafas. Y se nota mucho el daño que hacen. Si yo no alquilara también esquíes tendría que cerrar», sentencia este empresario, que no se fía mucho del futuro, de que llegue el día en el que la venta ambulante también le haga competencia en esto. A David no le extrañaría nada pues habla de la total «impunidad» con la que actúan los manteros, que compiten con las tiendas en situación de ventaja total. «Venden a cinco euros guantes cuando los más baratos que tengo yo están a 25. Lo pueden hacer porque no tienen la misma calidad, no pagan tributos, IBI o no tienen nóminas que pagar», señala. «Hay gente que opina que cómo nos van a hacer daño 'cuatro vendedores', pero lo cierto es que vienen 60 o 70. Si no hubiera negocio aquí, ¿alguien cree que subirían tantos?», se pregunta.
Y esto es a diario. Los vendedores ambulantes, cargados con bolsas hasta arriba de objetos, se sitúan estratégicamente en todas las zonas de tránsito de Sierra Nevada. Uno los ve desde incluso antes de llegar, en la misma carretera. Allí su objetivo son las personas que llegan en bus o que han aparcado fuera para ahorrarse el parking. Dentro están en todos sitios:el aparcamiento subterráneo, la zona urbana de la estación o las proximidades de los establecimientos de hostelería. Además, también alquilan sin control trineos a los que no van a las pistas. «Precisamente una persona que se acababa de comprar uno le rompió el fémur a mi hijo pequeño por culpa de esta práctica no regularizada», señala el mismo empresario que prefiere no identificarse.
Se queja de que está cansado de llamar a la Policía «para nada», por lo que ha comenzado a avisar al 112 cada vez que ve a uno cerca de su negocio. Por este motivo su convivencia con los manteros es turbulenta. Hasta siete denuncias se ha visto obligado a presentar tras recibir «amenazas de muerte»por parte de estas personas. Alerta de que no son «uno o dos» sino «cientos», sobre todo durante los fines de semana. También opina que existe cierto clima de 'mirar para otro lado' ante esta actividad por parte del Ayuntamiento de Monachil, que es el que tiene las competencias.
¿Los motivos? los desconoce aunque los sospecha. Lo mismo desde la asociación de empresarios, que son conscientes de que luchar contra los manteros tiene mala prensa entre muchos ciudadanos. José Morales es el alcalde de este municipio y niega que haya connivencia con la venta ilegal. Cree que es más bien todo lo contrario. «Reconocemos el problema y estamos combatiéndolo con los medios que tenemos, que son insuficientes pues nuestros agentes también tienen que regular el tráfico», apunta el primer edil. Esta es su prioridad por encima de todas, si bien Morales da datos de incautaciones para demostrar que esta actividad se combate.«En 2020 se han incautado 200 pares de guantes, 60 gorros, 150 gafas, 60 bragas y 10 palas de trineo», enumera el primer edil.
Morales dice que la colaboración entre administraciones funciona. Aunque no se lo creen mucho los empresarios, que apuntan también a la «pasividad» de Cetursa, que es propietaria de un parking que está lleno de estos vendedores. Desde la empresa que gestiona la estación recuerdan que entre sus competencias no se encuentra luchar contra este fraude. De ahí que se pongan del lado del tejido empresarial, con el que comparten su «preocupación» por el incremento de la venta ambulante ilegal. Creen que crece «temporada tras temporada», por lo que exigen un «mayor control policial» sobre todo en los accesos. «Es que una vez en la estación, ya resulta difícil de controlar», concluyen.
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