Basura, grafitis y colchones: así amanece la plaza Soledad de San Jerónimo
Trabajadores sociales del Ayuntamiento hablarán hoy con las personas sin techo que duermen junto al aparcamiento Severo Ochoa para pedirles que respeten el espacio público
La plaza Soledad de San Jerónimo y el parque contiguo amanecieron ayer repletos de colchones, ropa y todo tipo de enseres. No es una ... estampa nueva en este perímetro, escenario habitual de botellones, lienzo de grafiteros y albergue improvisado para personas sin hogar. Pero el problema de suciedad se ha acentuado en los últimos días. Este miércoles a primera hora, trabajadores del Ayuntamiento hablarán con los 'okupas' para pedirles que respeten el espacio público. El objetivo es evitar que Inagra retire sus pertenencias sin aviso previo.
La plaza está cerca de la biblioteca de Andalucía, el colegio La Presentación, un aulario y dos facultades de la UGR
Como explica la concejala de Derechos Sociales, Jemi Sánchez, han constatado que hay cinco personas sin techo, probablemente de paso hacia otras ciudades, que se han instalado allí recientemente. Se suman a los inquilinos conocidos ya por los trabajadores de la unidad móvil que atiende cada jueves a quienes duermen al raso. Algunos de ellos se niegan a acudir a los albergues: no aceptan las normas de los itinerarios de reinserción.
El consistorio y los colectivos de personas sin hogar acordaron en asamblea pedir a los servicios de limpieza que traten con cuidado sus pertenencias: lo que para los peatones puede ser simple basura, para ellos son los recuerdos de toda una vida. A su disposición está el servicio de taquilla y guarda de documentación del Centro de Encuentro y Acogida, gestionado por Proyecto Hombre.
Suciedad en cada rincón
La plaza está repleta de rincones sucios. En este perímetro –próximo a una residencia, a la biblioteca de Andalucía, al colegio La Presentación, al aulario y a dos facultades– no es difícil encontrar pelucas, tacones o litros de cerveza escondidos entre los arbustos. No hay pared que se salve de pintadas y orines en la plaza y las calles aledañas.
Pese a que el botellón parece haber ido a menos, aún hay grupos dispersos que empiezan la noche de fiesta en los bancos y escaleras de la de la plaza y el parque. Cuando las puertas están cerradas, por la noche, no es difícil saltar las vallas para acceder.
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