La subida de la energía y las materias primas asfixia a las 431 panaderías de Granada

Pero no es, ni mucho menos, el único panadero granadino que pierde el sueño por la escalada de costes de unos negocios de alta demanda energética que funcionan principalmente con hornos eléctricos, de gas o gasoil y que este año han visto cómo se doblan o incluso se triplican sus facturas, en función de los contratos.

A la subida de los precios de la energía se le suma la espiral inflacionista que envuelve a la materia prima con las panaderías elaboran sus productos y que ha golpeado la línea de flotación de estos negocios tradicionales. El precio de la harina se ha doblado con respecto a principios de año, la levadura ha subido un 20%, el azúcar un 118%, el aceite de oliva acumula más de un 50% de alza en el precio y más que se espera que suba con este desastre de cosecha... Y la lista suma y sigue.

Los sobrecostes arrastrados desde hace meses están fulminando los beneficios de los 431 obradores de panadería que existen en la provincia de Granada y poniendo contra las cuerdas a unas empresas, pequeñas en su mayoría, que ya no saben dónde y cómo levantar la voz. Los márgenes de beneficio se han estrechado hasta el punto de hacer la situación «insostenible», según el presidente de la Indicación Geográfica Protegida Pan de Alfacar, Gabriel Vílchez. Asegura que la subida generalizada de materias primas y de costes energéticos ha sumido al sector de la panadería tradicional en su peor crisis de rentabilidad y que, en estas circunstancias, no sabe hasta cuándo podrán mantener encendidos los hornos.

«Estamos descapitalizando las empresas. Llega el día 30 y no puedes cerrar el mes, ahora mismo necesitamos unos diez días más para poder pagar todo y si seguimos así vamos a llevar cada vez más retraso. No sé hasta qué punto aguantarán los negocios porque entre el precio de la luz, el combustible de las furgonetas de reparto y los impuestos no nos queda para vivir», lamenta.

Elaborar el mismo bollo de pan tradicional, según cálculos de los panaderos de la IGP de Alfacar, les cuesta ahora un 50% más que a principios de año. Un sobrecoste que no se ha logrado trasladar en su totalidad al precio final de los productos. El precio del pan y los dulces acumula un alza de entre un 13 y un 20%, que no alcanza al de los costes de producción.

«Esta barra que costaba entre 75 y 80 céntimos de euro a principio de año se vende ahora a 85-90. Como mucho se cobra a un euro en algunos negocios, mientras que para igualar el margen que teníamos antes tendríamos que venderla a 1,20 o 1,30 euros», explica Vílchez.

El portavoz del gremio de panaderos de Alfacar asegura que se están cerrando obradores en distintos puntos de la provincia por jubilación. La crisis de rentabilidad por la subida de costes de producción se suma a la falta de relevo generacional en un sector que los jóvenes no ven atractivo y a la competencia del sector industrial, por el cambio de hábitos de consumo.

«En las grandes superficies te encuentras con dos barras por un euro. Eso con nuestros costes y calidad es inasumible. La gente se está envenenando comprando pan en todo tipo de establecimientos sin higiene siquiera», protesta.