Sopa de cebolla para el rey Felipe VI en Sierra Nevada

El monarca ha estado este fin de semana por la Sierra granadina y bien es sabido que, aunque fugaz, ha sido agradable con el que reconocía a su alteza en la nieve. Cercano con el pueblo y sin salirse del menú equilibrado que elabora doña Letizia en palacio, a base de caldos y verduras. No se salta la dieta. Eso sí, no era una sopa cualquiera. Esta vez ha elegido un plato de cuchara que se encuentra entre las sugerencias del chef del restaurante La Alcazaba: Sopa de cebolla gratinada con queso emmental Rey Zagal Roble.

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Podría haber elegido un risotto de boletus con paletilla ibérica y parmesano, por 21 euros el plato, como prefirió uno de sus compañeros de sky; unos huevos rotos con gulas al pilpil y tomates secos al sol, por 22 euros el plato; pata de pulpo al carbón con ali-oli verde acompañado de patatas panaderas (38 euros); paletilla de cordero lechal confitada a baja temperatura y dorada al aroma de tomillo (29 euros) o un chuletón de vaca añojo hembra (69euros/kilo). Sin embargo, su majestad optó por un plato que se podría catalogar como 'humilde y sencillo'. Un caldito calentito para combatir el frío helador que hacía este fin de semana en Sierra Nevada (la temperatura en el Veleta era de menos 10 grados bajo cero) por el módico precio de 14,50 euros.

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Su parada en este restaurante, situado en la zona de Borreguiles, con unas impresionantes vistas al Veleta y a las pistas de esquí, ha quedado registrada. Y es que el Rey llegó a fotografiarse amablemente con el personal del lugar. Y tras reponer fuerzas, el monarca se despidió de la visita privada relámpago a la estación invernal.

Felipe VI estuvo en Pradollano en 2017, en los campeonatos del mundo de Snowboard y Freestyle. Dejó muestras de su sencillez y cercanía cuando apareció como uno más y sin previo aviso por las gradas de las pruebas. Fue en 2012 cuando, todavía príncipe, se supo de su presencia en Sierra Nevada, donde practicó deporte acompañado de la esquiadora granadina María José Rienda.