Una sombra alargada y musical en el jardín botánico
En la penumbra creada en tornoa la vegetación se onfabula lamúsica de Radio Futura con lasletras de la primera novela de Miguel Delibes
Un oasis, un parnaso, un vergel, un edén, un jardín botánico donde el aire es más puro, el cielo más azul y la vida es ... más verde. El de Granada es así, santo y seña del mejor remedio contra el cambio climático, lleno de vida animal y vegetal, reinos que luchan por sobrevivir en la gran ciudad que ahoga con su capa de contaminación los pulmones de los seres que la habitan.
Con sus puertas abiertas de par en par y en horario ininterrumpido, el jardín botánico de Granada es esa joyita que sin estar oculta es desconocida. Sirve par echar un rato a la sombra sentadito en un banco junto a la preciosa fuente, para conversar con un amigo o para enseñar al visitante, que se quedará con la boca abierta y también de paso respirará aliviado.
Herencia de la Ilustración
También se respira aquí historia. El espacio donde se encuentra el jardín estaba adosado a la muralla de la ciudad nazarí. A finales del siglo XVIII la política ilustrada dictó la creación en los centros de enseñanza de jardines botánicos. La Universidad de Granada decide en ese momento realizar el suyo, pero hubo que esperar, tras décadas de debates, a mediados del siglo XIX para que se pusiera en marcha. Después de varios episodios iniciales en la década de 1840, puede considerarse definitivamente establecido en 1850 bajo la dirección de Mariano del Amo y Mora, eminente botánico y primer decano de la facultad de Farmacia.
Tras este recorrer los siglos, el jardín botánico llega a nosotros como el lugar físico que es referencia intelectual, creadora y artística. A través de la penumbra creada en torno a la vegetación se confabula la música de Radio Futura con las letras de la primera novela de Miguel Delibes, cuyo título, 'La sombra del ciprés es alargada', hace referencia a una metáfora sobre la naturaleza humana y la influencia del entorno en el desarrollo de las personas.
En el caso de Radio Futura, el grupo exitoso de la Movida madrileña prefiere optar por otro punto de vista cuando suena:«Un día más me quedaré sentado aquí. En la penumbra de un jardín tan extraño. Cae la tarde y me olvidé otra vez. De tomar una determinación. Esperando un eclipse. Me quedaré. Persiguiendo un enigma. Al compás de las horas. Dibujando una elipse me quedaré. Entre el sol y mi corazón». Es lo que tiene y ofrece el mágico lugar.
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