El secreto del restaurante de Granada con solo dos mesas «y lista de espera de meses»

Para muchos este pequeño restaurante ubicado en la calle Elvira es ya el templo del sushi en Granada. Y al intentar hacer una reserva en él y comprobar que está completo durante varios meses seguidos no queda duda de ello. Con solo dos mesitas y un ambiente íntimo y cercano, Yama Sushi es justo lo que su chef Zijian Xiong, al que casi todos llaman Eric, quería que fuera cuando abrió sus puertas: un lugar en el que probar el sushi más auténtico.

Tal y como contaba Eric en una entrevista a IDEAL hace ya un año, su objetivo era «crear un restaurante de sushi tan excepcional como el de Jiro Oro», conocido en japón como «el Dios del sushi». Y lo cierto es que lo que ha conseguido es como para sentirse orgulloso, siendo uno de los restaurantes de sushi más destacados de todo el país. «El último año ha sido desafiante, pero también muy enriquecedor. Con el tiempo, nuestra cocina ha evolucionado desde la mera destreza técnica hacia una búsqueda más artística», explica a este periódico el chef.

Eric reconoce que la lista de espera de reservas «sigue siendo larga» y asegura que está «profundamente agradecido» por ello. «Siempre he sentido que esta espera no es solo por la comida, sino por la promesa de un sabor puro y auténtico». Porque si algo quiere Eric en su restaurante es ofrecer el verdadero sabor del sushi, algo que «siempre merece paciencia».

Sobre el hecho de que muchos consideren a Yama Sushi como una referencia en la ciudad y a él como el mejor chef de este tipo de elaboraciones en Granada, Eric reconoce que no se considera un referente: «Solo soy un chef que busca mejorar día a día, perfeccionando cada detalle. Para mí, el sushi es más que una técnica, es una forma de honrar los regalos de la naturaleza, y aún me queda mucho por aprender en este camino».

Cada plato de este restaurante forma parte de la visión que tiene de la cocina Eric, que reconoce que en cada plato busca el equilibrio perfecto entre pureza y armonía. « Quiero que cada nuevo visitante sienta una conexión profunda con la esencia de los ingredientes, experimentando la pureza de la naturaleza en cada bocado», explica.

Pese a estar muy agradecido por como marcha todo, tiene claro que todavía tiene mucho por mejorar. « Mi objetivo es que cada cliente sienta el sabor más auténtico de los ingredientes, y para lograr eso, sigo trabajando cada día para refinar mi técnica». Pese a ello, reconoce que es un honor recibir tantos elogios, aunque prefiere tomárselo como «un recordatorio» de la responsabilidad que tiene como chef. «Cada buena crítica es un incentivo para seguir esforzándome en ofrecer lo mejor, manteniendo siempre el respeto por los ingredientes y por la artesanía culinaria», finaliza Eric.