Siete años y medio de cárcel para un estudiante jienense de la UGR por distribuir pornografía infantil
El acusado, de 22 años y de la provincia de Jaén, compartió cientos y cientos de archivos de extrema dureza con contenido sexual protagonizado por bebés y niños pequeños
El acusado es un estudiante de la Universidad de Granada (UGR) de tan solo 22 años y de la provincia de Jaén. Su delito: compartir ... más de 1.400 archivos de extrema dureza en los que aparecían en actos sexuales bebés y menores de corta edad. Su castigo: siete años, seis meses y un día de prisión por distribuir pornografía infantil en su modalidad agravada, dada la corta edad de los protagonistas de las imágenes, y el denigrante y crudo contenido de estas.
A la Audiencia Provincial de Granada no le ha temblado el pulso a la hora de usar el mazo judicial. Le ha impuesto un castigo acorde a la gravedad de las escenas que intercambió con otras personas. Aparte, ha acordado condenarle a 12 años de inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que comporte contacto regular y directo con menores de edad. Junto a ello habrá de pagar las costas procesales.
Beneplácito
Pero su castigo no se queda ahí. Una vez haya cumplido la pena privativa de libertad, se someterá al condenado «a libertad vigilada por tiempo de diez años». Esta medida, solicitada por el Ministerio Fiscal, contó con el «beneplácito» del acusado y su abogado defensor, que igualmente renunciaron a la prueba de descargo y acabaron aceptando el largo encierro solicitado.
Según especifica la sentencia, a la que ha tenido acceso IDEAL, la detención policial de este estudiante, que ha cursado estudios en una de las facultades de la Universidad de Granada (UGR), se produjo el 5 de noviembre de 2019, tras una ardua investigación de la Guardia Civil.
El fallo, que puede ser recurrido ante la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla (TSJA), está fechado el 14 de enero y lleva el sello de los magistrados de la Sección Segunda del tribunal provincial.
El caso fue investigado por el Juzgado de Instrucción número 4 de la capital, cuyo titular es el juez Antonio Moreno, y durante las pesquisas jugó un relevante papel la fiscalía de criminalidad informática de Granada, cuyo delegado es el fiscal Francisco Hernández Guerrero.
Los archivos fueron encontrados en dispositivos electrónicos –un disco duro y dos móviles– cuyo comiso ha ordenado la Audiencia. «Se encomienda la decisión sobre su destino a la Oficina de Recuperación y Gestión de Archivos dependiente del Ministerio de Justicia conforme a su normativa, a cuyo efecto se comunicará igualmente esta sentencia a dicho organismo, una vez firme», añade el fallo.
Los niños que aparecían en las imágenes eran, como recalca eñ tribunal, «ostensiblemente menores de dieciséis años por el grado de desarrollo físico que mostraban». Los magistrados censuran, sin reparos, su «cosificación» en detrimento de su dignidad como seres humanos al servicio de los deseos y fantasías sexuales de los destinatarios.
La sentencia deja clara la culpabilidad del acusado en la comisión de este deleznable ilícito, «por su participación directa, material y voluntaria» en el mismo.
El tribunal recuerda que así se desprendió de la declaración del propio acusado en juicio «a modo de confesión». Y es que admitió, «sin reservas», todos los hechos que relataba el escrito de acusación del Ministerio Fiscal.
No negó, por tanto, haber distribuido aquel duro material de pornografía infantil, «que se halló en forma de archivos en sus teléfonos móviles y dispositivos electrónicos, a través de las redes sociales e internet». Aceptó la autoría, según concluye la Audiencia, «rendido ante la evidencia de la exhaustiva investigación policial que culminó con el volcado y descarga de los archivos electrónicos que poseía con las imágenes o vídeos de contenido pornográfico» protagonizado por las pequeñas y vulnerables víctimas.
Elogio a la Guardia Civil
También hallaron los investigadores que tiraron del hilo en este caso, pertenencientes a la Guardia Civil (UCO), «chats o conversaciones por medios telemáticos con otras personas donde acordaban el intercambio de lo que tenían». Los magistrados valoran la investigación policial que condujo a este universitario, «plenamente documentada en autos, tanto en su metodología como en su resultado, y desarrollada con la aplicación de técnicas informáticas forenses de indiscutible rigor científico».
El trabajo del instituto armado se hizo, añade el fallo, «con escrupuloso respeto a los derechos fundamentales y a las exigencias legales de procedimiento en el ordenamiento procesal penal para constatar su perfecta validez y eficacia probatoria».
La notoria importancia de los archivos y el uso de grilletes o mordazas
La sentencia dictada por la Audiencia de Granada revela que el número de archivos pornográficos descubiertos alcanza algo más de 1.400, «lo que a nuestro parecer colma las exigencias típicas de la notoria importancia del material delictivo». Eso, unido a la gravedad de las escenas que protagonizaban los pequeños (en algunos casos se observa el uso de grilletes o mordazas), ha influido en que se le imponga un castigo que, una vez sea firme, lo llevará directo al penal.
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