Cinco fallecidos en Sierra Nevada esta temporada, uno de los años más negros desde 1989
Equipos de rescate han participado en al menos una veintena de auxilios, incluida la recuperación de tres cadáveres en la misma semana de diciembre
Sierra Nevada ha tenido esta temporada menos nieve de la cuenta, pero aún así cerrado al menos ocho días por las inclemencias del tiempo, en ... un año negro por la pérdida de cinco vidas humanas y al menos una veintena de rescates, un récord en los últimos años. Las condiciones meteorológicas, la falta de previsión y la sobreconfianza de los montañeros han podido jugar en contra de los fallecidos.
La Guardia Civil rescató la semana pasada a la última víctima que se ha cobrado la montaña. Encontraron el cadáver de un joven alemán de 32 años, cuya desaparición fue denunciada en noviembre, cerca de la cumbre del Mulhacén. El cuerpo estaba dentro de una grieta y estaba congelado. El joven fue visto por última vez el 3 de noviembre en el municipio alpujarreño de Bubión. Antes que él, otras cuatro personas perecieron en la Sierra. El pasado mes de marzo un gaditano de 60 años se dejaba la vida tras caer unos 200 metros en la cara norte del Mulhacén, en el municipio granadino de Trevélez, cuando escalaba con familiares y amigos que resultaron también heridos.
Sin embargo, el mes fatídico fue diciembre, cuando fallecieron tres personas en cuatro días. Eran un joven bielorruso de 22 años y dos mujeres húngaras de 55 y 57. Tres muertes que tuvieron algo en común: se dieron en alta montaña y con unas condiciones meteorológicas adversas, aunque en el caso de las dos mujeres fueron en extrañas circunstancias porque se encontraban muy cerca del refugio. Además, se han contabilizado al menos cerca de una veintena de rescates desde el mes de agosto. En el primer fin de semana de enero los equipos especializados tuvieron que rescatar nada más y nada menos que a seis personas. Algunos de ellos sufrieron accidentes bastante aparatosos y fueron evacuados en helicópteros.
Entre los incidentes más destacados se encuentra el rescate de una montañera el 11 de abril tras resbalar y deslizarse unos 300 metros por una placa de hielo cuando ascendía la cara norte del Cerro de los Machos, el mismo día en el que un hombre sufría una caída con su bicicleta cuando descendía por una pista próxima a la central eléctrica de Diéchar, en el término municipal de Monachil. En febrero, el servicio de rescates auxilió en el mismo día a un hombre de treinta años de edad que sufrió una aparatosa caída cuando recorría el corredor central del Circo del Alhorí, en Sierra Nevada y a un joven irlandés de veintidós años de edad que se quedó enriscado en una pared de Los Cahorros de Monachil.
El Servicio de Rescates de Montaña de Granada tuvo que acudir a más de 100 requerimientos durante 2022. Solo en Andalucía se rescataron a al menos 17 personas fallecidas y 68 heridas, la mayoría en la provincia granadina. Otros puntos negros para el rescate de senderistas y montañistas suelen ser la Sierra de La Sagra, Refugio del Poqueira, el Cerro de Huenes y el Corredor o Canuto del Veleta.
Leyenda negra
Las cinco muertes que se han producido este año forman ya parte de la crónica negra de la Sierra. Hay que remontarse atrás para encontrar sucesos y tragedias de ese calibre en una montaña que suele ser segura pero que puede cambiar de forma imprevisible.
En 1989, siete montañeros de nacionalidad francesa fueron sorprendidos por un alud quedando sepultados bajo la nieve de Sierra Nevada. Formaban parte de una expedición del Club Alpino Francés de Cannes, que se encontraba practicando alpinismo en la zona del Mulhacén, a más de 3.000 metros de altura. De sus seis ataudes nació la denominación del Paso de los Franceses, un nombre evocador que encierra la mayor tragedia ocurrida en el macizo penibético en las últimas décadas.
A este suceso le han seguido muchos incidentes, algunos provocaron una gran conmoción como la muerte de tres excursionistas holandeses en 2004. Un grupo de formado por una docena de extranjeros visitaron la montaña junto a una guía neerlandesa que nunca había estado en Granada para emprender una ruta desde Trevélez hasta el refugio de Poqueira sin consultar el parte meteorológico. Aunque era mayo, nevó y las rachas de viento superaron los 80 kilómetros por hora, causando una hipotermia grave a los senderistas.
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