«Esta sentencia nos da dignidad tras siete años de calvario y humillación»
La viuda de Arcos está orgullosa de que su lucha judicial abra el camino para que las familias de otros guardia civiles como los de Barbate puedan ser resarcidos
Desde que en la madrugada del 15 de octubre de 2018 el delicuente común al que perseguía arrebatara la vida del agente José Manuel Arcos, ... la viuda del guardia civil, Raquel Pérez, ha llorado lágrimas de rabia, dolor e impotencia hasta la extenuación. Este lunes, cuando le notificaban por fin la esperada sentencia de la Audiencia Nacional en la que reconocen su derecho a la indemnización, su llanto fue diferente. El lloro le ahogaba y partía el alma, apenas le dejaba hablar al otro lado del teléfono, pero también era un llanto en el que, por primera vez, además de dolor, hay un sentimiento de paz y orgullo porque «se ha hecho justicia después de siete años de calvario y humillación».
«Más que el dinero lo que me importa es el reconocimiento, porque nos hemos sentido discriminados y humillados. ¿Cómo nos podían hacer esto, habiendo dado mi marido su vida en acto de servicio? Ha sido muy duro y muy triste», contaba Raquel a IDEAL, alzando su voz para pedir dignidad y más medios para las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
«De lo que más orgullosa me siento es de que mi lucha sirva a los demás», apuntaba Raquel, reconfortada en mitad de su llanto imparable. La viuda del agente Arcos fue la primera en presentar esta reclamación al Estado y ha ido abriendo camino en la lucha por las indemnizaciones que también han reclamado las familias de otros agentes fallecidos.
«Lo importante no es el dinero, se ha hecho justicia y me siento orgullosa de que mi lucha sirva a los demás»
Raquel Pérez
Viuda del agente José Manuel Arcos
La jurisprudencia marcada ahora por la Audiencia Nacional será por tanto determinante para las familias de los guardia civiles Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, asesinados por el delincuente conocido como Igor El Ruso en Andorra, del teniente coronel Pedro Alfonso Casado que fue disparado en un pueblo de Valladolid por un delincuente atrincherado con un rehén y de los dos agentes fallecidos en la tragedia de Barbate, David Pérez y Miguel Ángel González, que fueron arrollados por una narcolancha.
«Nunca perdí la esperanza y siempre le dije a Javier (su letrado, Javier López y García de la Serrana) que estaba dispuesta a luchar hasta el último aliento. Es un orgullo que mi lucha sirva ahora a los demás«, concluía emocionada.
«En mi opinión, ha sido una infamia lo que ha hecho el Ministerio con la familias de los guardia civiles asesinados»
Javier López y García de la Serrana
Director del bufete HispaColex
Raquel no tiene palabras para agradecer el trabajo de López y García de la Serrana, no solo a nivel profesional sino por su humanidad, desde el primer momento del proceso. En estos últimos días, pendiente de la notificación del fallo, lo llamaba a cada momento, desesperada. «Desde el primer día me cogió de la mano y no me ha soltado, me ha protegido, me ha dado fuerzas y siempre a cambio de nada, desde el corazón«, subrayaba Raquel conmovida.
Para el letrado granadino, uno de los mayores especialistas nacionales en responsabilidad civil, esta sentencia no es una victoria más, es especialmente gratificante ya que, recuerda que llega, después de cuatro años de lucha contra el Ministerio del Interior, uno previo en vía administrativa y tres en los tribunales hasta lograr esta sentencia de la Audiencia Nacional.
«Lo que ha hecho el Ministerio para mi es una infamia con la familia de los guardia civiles asesinados», afirma López y García de la Serrana, que recuerda que las familias de los otros cinco agentes también tendrían que pasar por un proceso contencioso «muy largo y doloroso», pero que gracias a esta sentencia de la Sala de Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional, ya disponen de una importante antecedente que les allanará el camino.
Así, recuerda que los dos primeros años de proceso penal, hasta que el delincuente fue condenado eran inevitables, pero después el dolor de la familia se ha visto agravado por la batalla judicial abierta para intentar que el Estado asuma la indemnización fijada en la sentencia.
«Se les ha hecho pasar por un martirio hasta llegar hasta aquí y es lamentable que hayamos necesitado pelear cuatro años para que la Audiencia Nacional le haya dicho al Ministerio que no tenía razón y que ha sido mezquino a la hora de proteger a su personal», concluye.
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