Seis años y medio de cárcel por disparar a su hermano en Motril
El acusado asume en el juicio que efectuó siete tiros, uno de los cuales impactó en el abdomen de la víctima, que salvó la vida gracias a la rápida actuación médica
Un cortijo de Motril. Una pistola Táser. Un revólver. Siete disparos. Una certera bala en el abdomen. Y un juicio. El homicidio frustrado hace dos ... años de Manuel C. F., que salvó la vida gracias a la pronta actuación de los servicios médicos, llegó el pasado mes de mayo a la Audiencia de Granada y se ha saldado con la condena a seis años y medio de prisión del pistolero, que aceptó su culpa.
IDEAL ha tenido acceso a la sentencia dictada en este caso, en el que sobresale el parentesco del procesado y la víctima: son hermanos.
En la causa había otros tres acusados, dos hombres y una mujer, que fueron absueltos en virtud del acuerdo alcanzado entre las partes el día de la vista. Tan solo el pistolero cumplirá una larga temporada entre rejas como autor de un delito de homicidio en grado de tentativa y otro de tenencia ilícita de armas. Por el primero se le han impuesto cuatro años y medio de prisión. Por el segundo, dos.
El fallo considera probado que sobre las 16.40 horas del 4 de marzo de 2020, Manuel C. F., su esposa y otro varón se desplazaron en un turismo al domicilio del acusado y su mujer, una casa cortijo de Motril. Una vez allí, según prosigue el relato de la Audiencia, los hermanos se enzarzaron en una discusión en cuyo curso Enrique trató de hacer uso contra Manuel de una defensa eléctrica tipo Táser. No lo consiguió, pero se inició un forcejeo hasta que finalmente dos testigos lograron separarlos.
Proyectiles
Tras este incidente, Manuel C. y su esposa se dirigieron al coche. Lo habían dejado a la entrada del cortijo. Enrique, por su parte se marchó al interior de la vivienda, «cogió un revólver que allí escondía y con la intención de acabar con la vida de su hermano se acercó a donde estaba y a pocos metros de distancia le manifestó: 'hijo de puta, te voy a matar por perro'».
Dicho y hecho. Enrique apretó el gatillo. Y no una, ni dos, ni tres veces... Disparó hasta siete veces. Uno de los proyectiles alcanzó en el abdomen a Manuel y le causó graves lesiones: la bala le perforó el colon. La sentencia resalta que «de no haber sido hospitalizado e intervenido de urgencia» Manuel no lo hubiera contado; las lesiones revistieron «riesgo vital».
Al procesado se le intervinieron la defensa eléctrica, el revólver con cinco vainas y tres cartuchos en su interior, uno de ellos percutido, y una caja de municiones con 72 cartuchos aptos para su uso.
Indemnización
Antes del juicio, Manuel fue indemnizado por su hermano, lo que ha jugado a favor del reo, pues ha atenuado la pena. No ha trascendido la cantidad que le ha abonado.
El tribunal resalta que los siete disparos que efectuó Enrique, que se halla preso actualmente, se hicieron «a escasa distancia de su hermano», y que la bala que el alcanzó en la barriga puso en peligro su vida. De ahí que su acción constituya un delito de homicidio en grado de tentativa. «La posesión por parte del acusado (...) de la defensa eléctrica, el revólver y la caja de munición, según lo declarado probado, sin habilitación administrativa para ello, constituye el delito de tenencia ilícita de armas», añade el fallo.
La Audiencia pone de relieve que el procesado reconoció expresamente «la veracidad de los hechos por los que venía acusado», destaca que actuó «con pleno dominio de sus acciones» y aprecia la circunstancia agravante de parentesco por el lazo de sangre que les une.
Además de un lustro de alejamiento (Enrique no podrá acercarse a su hermano a menos de 300 metros durante ese tiempo), el tribunal le impone la prohibición de comunicarse con él por ningún medio, ya sea escrito, informático o telemático, verbal o visual. Tampoco podrá tener o portar armas durante cinco años.
Manuel, que tardó más de 200 días en sanar, ha ejercido la acusación particular y ha estado representado por el abogado penalista Felipe Martínez de las Heras. Este, en un principio, pedía para Enrique 15 años de prisión por intento de asesinato y tres más por poseer las armas, pero finalmente hubo un acuerdo con la fiscalía que supuso dejar la pena en los seis años y medio de cárcel ya indicados. Este asunto fue investigado por Instrucción 5 de Motril.
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