El sacrificio de 1.500 vacas hunde la producción de leche en Granada
El descenso de 30 millones de litros, por el calor y los altos costes que abocaron a los animales al matadero, empieza a poner en aprietos a la industria
Las vaquerías granadinas se vieron atrapadas en una espiral diabólica cuando el pasado año los precios de la leche cayeron por debajo de los niveles ... mínimos de rentabilidad a la vez que los costes de las explotaciones se disparaban por encima del 80%. La desesperación de ir día tras día a trabajar perdiendo dinero y la falta de liquidez para pagar los piensos, las facturas de la luz y demás gastos desbocados en las granjas empujaron a los ganaderos a sacrificar vacas para al menos cobrar la carne y salir momentáneamente del atolladero. Tomaron la salida desesperada del matadero para poder alimentar a las otras vacas y mantener las explotaciones, a sabiendas de que era pan para hoy y hambre para mañana.
En Granada desde mediados del pasado año, cuando comenzó la crisis inflacionaria y se disparataron los costes en las granjas, se han sacrificado 1.500 vacas, según los datos de Alba Ganaderos, la cooperativa que agrupa prácticamente a todo el sector en la provincia. «Es un disparate», lamenta su gerente, Antonio Casas.
La provincia tiene en torno a cuatro mil vacas lecheras adultas. En un año normal van al matadero el 25% por desvieje. Las vacas que no producen porque tienen problemas de mamitis, infertilidad o están cojas se sacrifican y se reponen con novillas.
Vacas sanas
Pero este año, se han matado 500 más de lo habitual, incluso vacas sanas y productivas, que además no se han repuesto. «Normalmente las vacas dejan de ser rentables cuando producen menos de 20 litros de leche al día. Con esta crisis hemos sacrificado vacas que estaban dando 30 litros», explica José Antonio Bolívar, presidente de la cooperativa Alba Ganaderos. Como veterinario, Bolívar lo hizo con el corazón partido, pero como empresario al frente de la Ganadería Regidor, una de las explotaciones vacunas más grandes de Andalucía, tuvo que poner la cabeza por delante: «No son animales de compañía, no te pueden costar el dinero». En esta ganadería ubicada en Moraleda de Zafayona tenían 1.200 vacas lecheras y el número iba aumentando año tras año. Ahora, al contrario, han perdido cien.
Las consecuencias de las decisiones que muchos ganaderos tomaron con el agua al cuello se pagan ahora con un desplome de la producción láctea que está empezando a sufrir ya la industria, no solo en Granada sino en todo el país de forma generalizada. La sequía y el calor sostenido de este verano ha sido otro factor determinante para que haya mermado la producción lechera. Entre todos los socios de cooperativa Alba Ganaderos suman 150 millones de litros de leche al año. Este año no llegarán a 120.
«Sin esos 30 millones de litros nos las vamos a ver y desear para poder cumplir contratos», esgrime preocupado el presidente de la cooperativa.
Menos cisternas
La bajada de producción está obligando ya a recortar el suministro a algunos clientes porque, en estos momentos, no se pueden servir todos los litros que demanda la industria.
«Una empresa grande de postres de Córdoba que es clienta nos pide diez cisternas y le estamos suministrando ocho y así con todas, los queseros pequeños nos llaman todos los días para que les demos leche y no podemos», relata el presidente de la cooperativa.
Los Pastoreros
Las mismas llamadas las reciben a diario en la cooperativa Los Pastoreros de Fuente Vaqueros, que es colaboradora de Alba Ganaderos. En el caso de Los Pastoreros, producen diez mil litros diarios de leche que envasan con su propia marca, además de elaborar productos como queso y postres.
«La quesería de Almería que nos fabrica el requesón nos ha dicho que va a eliminar la línea de semicurado por falta de leche», explica la presidenta de Los Pastoreros, Eva María Fernández. La joven ganadera constata que muchos compañeros en Granada se vieron abocados a enviar vacas al matadero, «más cuando el filete de vaca frizona se ha puesto de moda y la carne cotizaba bien».
Sin embargo, en esta cooperativa granadina resistieron. Eso sí, con todo tipo de recortes para tratar de reducir gastos. «Sabíamos que esto iba a pasar, que al final iba a faltar leche y no nos volvimos locos enviando vacas al matadero, solo sacrificamos las menos rentables y creo que tomamos una decisión inteligente que nos ha permitido mantener la producción», analiza Fernández, que aún así destaca la bajada de litros que este verano les ha supuesto el calor.
«Estamos tranquilos porque tenemos para nosotros, pero nos llaman todos los días de la industria para pedirnos leche y no les podemos vender», alega.
La sequía, la puntilla
En lo que coinciden los profesionales granadinos es en que el sector está en una situación crítica y de la evolución de la sequía y de que suba el precio de la leche dependerá, en los próximos meses, que puedan seguir adelante.
«La sequía nos puede dar la puntilla. A día de hoy tenemos pozos que tienen agua y por la noche en Granada refresca, por eso nos estamos salvando», explica el presidente de Alba Ganaderos en su granja donde se aprovecha hasta la última gota de agua para limpieza.
Las bombas que sacan agua de los pozos funcionan 24 horas para llenar los bebederos. Cada vaca necesita 130 litros al día. «En otras provincias están dando ya a los animales de beber con cubas. Si esto nos pasa aquí, estamos perdidos. Si no llueve y los pozos se agotan tendremos que pensar en retirarnos del negocio a corto plazo», sentencia rotundo. Asume además, que el sector ganadero granadino tardará años en recuperarse del golpe que le ha asestado esta crisis. De los 92 socios que tenía la cooperativa se han dado de baja doce en el último año, seis de ellos tiraron la toalla este mismo verano. No aguantaban más.
«El que se ha quitado ya no vuelve a echar vacas, esto no es una cosa que cierres hoy y abras mañana. El sistema productivo necesita tres años para rodar y empezar a obtener leche y no se están reponiendo vacas, no hay novillas. Nos quedamos ya muy tocados», concluye.
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