Edición

Borrar
Robert F. Kennedy Jr., durante su intervención en la Cámara de Comercio. Ramón L. Pérez
Robert F. Kennedy Jr. en Granada: «Si hubiera que pagar el coste real del petróleo, nadie echaría gasolina»

Robert F. Kennedy Jr.: «Si hubiera que pagar el coste real del petróleo, nadie echaría gasolina»

El activista ecologista y abogado Robert Kennedy Jr. aseguró que el capitalismo de libre mercado puede ser la solución a los problemas con combustibles fósiles

Juanjo Cerero

Granada

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Viernes, 8 de noviembre 2019, 19:40

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Robert F. Kennedy Jr. era el invitado de excepción de la segunda jornada del Foro Internacional Granada Innova, celebrada ayer en la sede de la Cámara de Comercio de la capital granadina. Es hijo de Robert 'Bobby' Kennedy, que fue Fiscal General de Estados Unidos, y sobrino de John Fitzgerald Kennedy. Aunque su actividad sigue vinculada a la política, se enfrenta a ella desde otro ámbito: el del activismo medioambiental y la lucha legal contra los combustibles fósiles apoyándose en la innovación como marco para la mejora de la sociedad. Desde esta perspectiva habló Kennedy Jr., fundador de Waterkeeper Alliance, la mayor ONG del mundo dedicada a proveer agua limpia en diferentes partes del mundo, durante una hora en el Salón de Actos de la Cámara. Según su perspectiva, es el libre mercado –uno de verdad, todavía por construir– el único garante de que se produzca la transición ecológica que la comunidad científica considera necesaria llevar a cabo cuanto antes mejor.

Tras saludar brevemente al auditorio en español, el conferenciante pasó al inglés para comenzar a hablar sobre su experiencia en la lucha contra la contaminación, que le llevó a ser listado como uno de los «héroes del planeta» en la revista Time. Kennedy quiso comenzar recordando una cita de Martin Luther King que enunciaba las tres herramientas fundamentales del activismo: la lucha en los tribunales, la educación y la agitación social. A ellas le sumó la innovación, que permite que proyectos o ideas que resultaban difíciles de implementar se conviertan en realidad.

Desde ahí entró de lleno en el punto central de su intervención, que giró sobre la necesidad de ir abandonando la energía basada en el carbón y sus derivados para pasar a depender de renovables como la solar o la eólica. Además, quiso dejar claro que su defensa de la necesidad de andar ese camino no procede ni siquiera de una preocupación social –que también– ni de la responsabilidad moral; en su opinión, hay un argumento puramente capitalista que sirve para convencer incluso a los más desafectos a la idea.

Kennedy desgranó con ejemplos lo que llama «subvenciones» a las industrias contaminantes derivadas del carbón, que cuestan al erario público, es decir, a los bolsillos de los ciudadanos, miles de millones de dólares cada año, y aseguró que la dicotomía planteada por algunos sectores políticos de elegir entre la sostenibilidad ambiental y los beneficios empresariales es una «elección falsa». «La prosperidad basada en la contaminación es una ilusión porque en realidad empobrece a prácticamente todo el mundo», sentenciaba, comparando esta postura con asumir gastos presupuestarios imposibles sumándolos a un déficit que otras generaciones se tendrán que encargar de pagar. «Nuestros hijos van a tener que pagar por nuestras malas decisiones», abundó.

En su opinión, la solución pasa por la existencia de un «libre mercado real», no lo que existe ahora, que definió con el concepto inglés «crony capitalism», lo que en España se ha traducido como «capitalismo de amiguetes». «Los multimillonarios compran a los políticos, que luego son incapaces de actuar contra ellos cuando son elegidos», un comportamiento que considera contrario a un libre mercado funcional, que por su propia configuración debe tener a premiar la innovación que incremente la eficiencia. Kennedy ilustró su argumentación recurriendo también a alguna anécdota personal. Rememoró los viajes con su padre al campo para ir a pescar, que solían acabar con padre e hijo cocinando la captura y celebrándola con un almuerzo. Hoy en día, contrastaba, eso sería imposible, porque se permite que grandes compañías contaminen las aguas hasta hacer nociva la comida. «Es como vivir en una pesadilla de ciencia ficción», una «atrocidad moral» en nombre del beneficio a corto plazo para unos pocos, una práctica que llegó a comparar con el comercio de esclavos.

Gerardo Cuerva. Ramón L. Pérez

«La innovación ya no es una opción, es el presente y el futuro»

El presidente de la Cámara de Comercio de Granada, Gerardo Cuerva, dio la bienvenida a los asistentes a la segunda jornada del ForoInternacional Granada Innova. Agradeció la existencia de foros como el de ayer, realizado en colaboración con la Fundación Incyde, porque sirven como «herramienta para potenciar el desarrollo empresarial» y cuentan con «voces cualificadas a nivel mundial», entre ellas la de un granadino,Victoriano Izquierdo, CEO de la empresa de análisis de 'big data' Graphext. José Luis Bonet, presidente de la Cámara de España, incidió en ideas similares y recordó que para triunfar es necesario tener «talento, trabajo y tenacidad» para superar las trabajas que presentan la «arrogancia, burocracia y complacencia».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios