Rescates en Granada

Los rescates invernales del Greim en Granada bajan por la mejor calidad de la nieve

La temporada invernal se fija entre el 1 de noviembre y el 30 de abril, y la que acaba de finalizar se sitúa «dentro de la normalidad». Del total de treinta y cuatro rescates, once fueron en helicóptero. Un hombre malagueño falleció tras sufrir una caída en los Tajos de la Virgen a principios de diciembre. Estuvo escalando crestas junto a un compañero y, ya de regreso, cayó por una zona de nieve helada y se deslizó unos 80 metros hasta golpearse la cabeza con una piedra. El Greim ha tenido que rescatar a otras tres personas tras, al parecer, quitarse la vida. La temporada anterior fue la más negra de la última década, con un total de 22 fallecidos.

Analizando lo ocurrido estos meses, Luis Raya, jefe del Greim en Granada, recuerda que ha habido muy pocos rescates en nieve, apenas siete, ya que estuvo peor solo al principio de la temporada. «Eso ha evitado que se produzcan más caídas y deslizamientos por la presencia de hielo», detalla. Los auxiliados han sido, sobre todo, senderistas. «También ha habido esquiadores que bajaban fuera de pista y ciclistas que habían sufrido una caída», expone el teniente.

Después de caer grandes nevadas -lo que ha ocurrido en esta temporada en varias ocasiones- los montañeros están deseando subir. Si no van bien preparados, eligen mal la ruta, las condiciones meteorológicas no acompañan o, simplemente, tienen mala suerte, pueden acabar mal parados. Luis Raya recuerda cómo tres esquiadores y un snowboarder solicitaron ayuda al Greim en un periodo de 24 horas para salir del barranco de San Juan, al que habían llegado saliéndose de las pistas de la estación. Dos de los rescates se prolongaron durante varias horas, mientras que el otro se acabó desactivando, ya que la pareja pudo salir de la zona con la ayuda de otro esquiador.

Uno de los que más les llamó la atención ocurrió el pasado 21 de febrero, cuando actuaron sobre un terreno complicado, de noche y con temperaturas bajo cero para proteger del frío, hasta que pudiera acudir el helicóptero, a una pareja de polacos que había subido al Mulhacén en chándal y zapatillas. Habían caminado sobre nieve helada sin el material adecuado, por lo que presentaban varias heridas. Él, en la rodilla y las manos, inflamadas y ensangrentadas de derrapar. Ella tenía afectado el tobillo y la cadera y había perdido varias uñas de las manos al intentar frenar la caída.

De cara a la temporada primavera-verano, esperan que los rescates se mantengan estables o incluso aumenten, al ser más meses -hasta noviembre-. «También hay más gente de vacaciones y se intensifican las subidas a la montaña», recalca el teniente. Como consejos, el jefe del Greim insta a llevar ropa de abrigo, suficiente agua y comida, consultar las condiciones meteorológicas e ir acompañado. Si no, hay que avisar de dónde vamos a ir. «Tienen que ser consecuentes con su nivel técnico. 3.000 metros es alta montaña y hay que estar muy preparado. Recibimos llamadas de personas que están cansadas, no pueden con su cuerpo, o que les ha dado mal de altura», insiste.