«Sin estos ángeles azules mi hija ahora estaría muerta»
Triana, una pequeña de 2 años de edad, entró en parada cardiorrespiratoria y gracias a la actuación de la Policía Local de Granada pudo salvar la vida
Alberto Flores
Granada
Martes, 26 de abril 2022, 01:37
Ante una urgencia médica la diferencia entre salvar la vida o perderla a veces puede ser cuestión de unos pocos segundos. Tener la suerte de ... llegar a tiempo para que los médicos puedan atender la situación y solventarla o, por contra, que esa llegada se produzca solo unos instantes después y ya sea demasiado tarde. Esto último era lo que Antonia pensaba que iba a suceder con Triana, su hija de dos años. Había entrado en parada cardiorrespiratoria y no respondía, pero cuando todo se tornaba en oscuridad aparecieron dos agentes de la Policía Local de Granada para salvar a su pequeña.
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«Sin estos ángeles azules mi hija ahora estaría muerta», cuenta Antonia a IDEAL tras reencontrarse en la Jefatura de la Policía Local con Juan de Dios y Jonatan, los agentes que se percataron de lo que ocurría y trasladaron a la pequeña Triana a toda velocidad al hospital. Pese a que todo salió bien, ni Antonia ni Rosario, su madre, se olvidan de todo lo que pasó aquel 9 de abril. Rosario estaba durmiendo a su nieta cuando la niña comenzó a temblar. «Empezó a llamarme a gritos y cuando llegué a la habitación vi que estaba poniéndose morada y que no respondía», recuerda Antonia, que automáticamente llamó a una ambulancia y realizó una reanimación cardiopulmonar a su hija.
«Vi a estos dos ángeles azules y les pedí ayuda. Me montaron en el coche y cogieron a mi niña como si fuera la suya para llevarnos al hospital»
Antonia
«Llegamos muy pronto al hospital y me dijeron que había tenido un ataque epiléptico con parada cardiorrespiratoria pero que estaba estable y bien». Aunque le avisaron de que existía la posibilidad de que el episodio volviera a repetirse en las 24 horas siguientes. Y así fue. «Me dieron el alta a las 01:00 y a las 03:00, cuando ya estábamos en casa, volvió a pasar», explica la madre. Cogieron el coche y salieron desde Churriana de la Vega hacia el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, aunque los nervios de la situación les impedían actuar todo lo rápido que querían y se temían lo peor. Hasta que aparecieron ellos. «Vi a estos dos ángeles azules y les pedí ayuda. Me montaron en el coche y cogieron a mi niña como si fuera la suya para llevarnos al hospital».
«Yo pensaba que se me moría mi nieta. Fueron décimas de segundo, cuando me monté en el coche para intentar seguirles ya no estaban», detalla Rosario. Los policías, que se encontraban realizando una batida cerca del Centro Comercial Nevada para ver si encontraban a dos personas que se habían dado a la fuga tras un accidente, no dudaron al encontrarse con Antonia, Rosario y la pequeña Triana. «Vimos a la madre pidiéndonos que nos parásemos porque su bebé estaba muerta», recuerda Juan de Dios, que explica como cuando la montaron en el coche «el acelerador no daba más». «La palpé y no tenía constantes, la única opción era llevarla al hospital», explica Jonatan, que no dudo en coger a la niña en brazos y salir corriendo con ella hacia la unidad de críticos al ver que el vehículo policial no podía avanzar más. Ambos agentes explican que únicamente hicieron su trabajo y que los que salvaron realmente a la niña fueron los sanitarios. «Estábamos en el sitio adecuado en el momento justo», reconoce Juan de Dios.
«Cuando pasan casos como este y todo sale bien la satisfacción es plena. Ver la cara de una madre y saber que alguien puede seguir con vida no tiene precio
Jonatan
Agente de la Policía Local de Granada
Los dos agentes están acostumbrados a ver a diario situaciones muy desagradables, aunque reconocen que es difícil acostumbrarse a las actuaciones con niños. Y aunque los sanitarios salieron a abrazarles y contarles que la niña estaba bien, se quedaron un rato en el coche en silencio, pensando en lo que había pasado. «Cuando pasan casos como este y todo sale bien la satisfacción es plena. Ver la cara de una madre y saber que alguien puede seguir con vida es algo que no tiene precio», rememora Jonatan, mientras que Juan de Dios reconoce que en todo momento no pudo evitar, como padre de dos hijas, ponerse en el lugar de Antonia y actuar en consecuencia. «Estamos súper agradecidas por lo que han hecho por nosotras porque gracias a ellos mi niña sigue viva. Siempre estaré en deuda con ellos y me sentiré muy agradecida», cuenta Antonia, que, con una sonrisa de oreja a oreja debido a que Triana sigue viva, asegura a sus dos ángeles azules que muy pronto irá a hacerles una visita con su hija.
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