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Ceremonia para la beatificación de fray Leopoldo de Alpandeire en Armilla Archivo de IDEAL
¿Qué requisitos son necesarios para ser beatificado?

¿Qué requisitos son necesarios para ser beatificado?

La causa para la beatificación suele ser un proceso que se prolonga durante años y en el que la Iglesia es muy rigurosa

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Viernes, 8 de noviembre 2019, 16:55

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El próximo sábado la religiosa granadina María Emilia Riquelme será proclamada beata en una Eucaristía que se va a celebrar en la Catedral ante de peregrinos llegados de varios rincones del mundo. Concluye así un largo proceso que comenzó en 1983, un camino que consta de varias etapas que ha explicado a IDEAL Eduardo García, delegado episcopal para la Causa de los Santos. «Con el bautizo comenzamos una vida en santidad. Por el bautismo nacemos a la vida nueva, la vida de Cristo y participamos de su santidad. Todos somos santos, lo difícil es mantener, a lo largo de la vida esa virtud», comienza. Por eso necesitamos referentes. Estos referentes nos los propone la Iglesia. Son personas que en su vida han sabido acoger la gracia de Dios, «que han dejado que Dios haga su obra en ellos».

Hay personas que mueren con fama de santos. Este es uno de los primeros requisitos para comenzar un proceso de beatificación. Lo normal es que se deje pasar unos años después de la muerte del candidato y es habitual que sea el instituto religioso o la diócesis al que pertenece esta persona el que anime su causa. Se inicia lo que se conoce como 'fase diocesana' en la que el obispo y previa consulta a la Santa Sede inicia el proceso de manera oficial, tomando juramento a todos los que participarán en dicha fase. El postulador comienzan a recabar información del que, a partir de entonces, es llamado 'Siervo de Dios'. Se habla con testigos, se recopilan escritos y los exhortos en otras diócesis para constatar si el candidato tuvo una vida ejemplar y virtuosa

Un tribunal neutral que nombra la diócesis, procura que el proceso continúe con todas las garantías. Es muy importante en este momento la figura del postulador que anima la causa. La rigurosidad es extrema. Si algo no está en orden, se para el proceso. Una vez concluida esta fase, se inicia una 'fase romana', en la Congregación para las Causas de los Santos, en la que se examina con detalle que la investigación de la fase diocesana se ha realizado con todas las garantías y que la documentación enviada a Roma es completa.La documentación que se aporta suele ser «inmensa

Dentro de la Congregación, existe un Colegio de Relatores. Su función es recibir las causas que llegan e impulsarlas con el máximo rigor. A uno de estos relatores se le asigna la causa y el elabora una síntesis, la llamada 'positio', del proceso.

A continuación un comité de cardenales y obispos que vuelven a examinarla. Si Roma considera que las virtudes del candidato han sido heroicas, el Santo Padre lo declara 'venerable'. Solo hay que esperar un milagro para que suba el siguiente peldaño, la beatificación. El caso de María Emilia Riquelme es, en este aspecto particular, porque antes de ser declarada 'venerable', ya estaba en marcha el proceso para reconocer el milagro por el que intercedió, el de la curación en Colombia de Nelson Yepes.

Es competencia del Obispo del lugar en el que ha tenido lugar el milagro investigarlo. Se considera milagro un hecho que no es explicable por causa naturales y que se atribuye a la intercesión de un siervo de Dios. La mayoría de los milagros, no todos, son de naturaleza médica. Al igual que en el proceso ordinario se redacta una positio y es estudiado por una comisión de peritos. Es una instrucción, larga, rigurosa y compleja. Peritos médicos neutrales deben atestiguar que, en este caso la curación, es un hecho inexplicable desde el punto de vista de la ciencia. Y una comisión médica vuelve a estudiarlo en Roma y expone sus conclusiones a una Congregación de cardenales y obispos. Si el informe es favorable, el Papa emite un decreto por el que se aprueba el milagro y se ordena la beatificación.

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