Javier Fernández Parra
Nuevo presidente del Consejo Andaluz de Dentistas
«Hay que regular la publicidad agresiva de clínicas dentales»Máxima autoridad de la institución de Granada, adopta el nuevo cargo al frente de las ocho de Andalucía con «ilusión» y «mucha responsabilidad»
Cordobés de nacimiento, Javier Fernández Parra lleva cincuenta años de su vida en Granada, desde que tenía siete. Se siente granadino y, como presidente del ... Colegio de Dentistas de Granada desde hace trece años, trabaja por y para los profesionales y pacientes granadinos. Una misión que a partir de ahora también abordará como nuevo presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Dentistas.
–Es un salto de nivel. ¿Cómo recibe esta noticia?
–Ser presidente de una comunidad grande como la andaluza, que integra ocho colegios profesionales, supone mucha responsabilidad. Otras, igual solo tienen dos o tres, pero en nuestra tierra hay mucho que defender. Por eso, adopto el cargo con mucha ilusión. Para mí es muy importante porque la candidatura ha salido por unanimidad de todas las provincias y eso hace que seamos referente.
–¿Por qué Odontología?
–Me gusta mucho la medicina. Tengo vocación de curar. Mi padre era dentista, mi abuelo también, mi hermano es ginecólogo... Me viene en la sangre, supongo. Yo quería una medicina manual, pero, cuando quise estudiar, las especialidades quirúrgicas estaban colapsadas. Se vivía una realidad completamente distinta a la actual. Había más de 30.000 médicos para 3.000 plazas MIR. Así que me decanté por Odontología porque era la forma más accesible para empezar a curar.
–Lleva al frente del Colegio de Granada desde 2011. ¿Ha cambiado el paradigma?
–Hace treinta o cuarenta años vivimos un momento crítico con un déficit muy grande de dentistas. La gente tenía que desplazarse de los pueblos a las grandes ciudades para una revisión. Ahora, hay un superávit, y no lo digo yo, lo ha dicho la OMS. Su ratio es de un dentista por cada 3.500 pacientes. En la provincia de Granada, hay más de 900 colegiados, más de 6.000 en toda Andalucía. Antes, era un problema menor porque solo hay dos universidades, pero van a abrir dos o tres privadas... Todos esos sanitarios tienen que comer y esto puede traducirse en un tratamiento sin motivo tras otro.
–¿Qué implicaría eso?
–La salud del paciente podría estar en riesgo. Ya lo hemos visto con el 'boom' de iDental o Dentix. Grandes presentadores de televisión anunciando tratamientos a bombo y platillo. Ha ocurrido recientemente con el implante, que solo debe usarse para rehabilitar una función. Años atrás, era común gente con prótesis completa, sin un solo diente propio, pero hoy se hace todo lo posible por conservar las piezas naturales. Hay que regular la publicidad agresiva y entender que un tratamiento más caro no es mejor. Solo significa que el punto de partida era peor.
–Los alineadores transparentes también están de moda.
–Sí, es cierto que la demanda en clínicas dentales también ha crecido por una cuestión de estética. Primero fueron los implantes y ahora los alineadores transparentes. Es un sistema más para corregir dientes, sí, pero debe estar siempre controlado por un profesional. Se ven anuncios y promociones de gente que los vende online y que para hacer el seguimiento pide fotos. Hay que tener mucho cuidado con la salud bucodental.
–Visto el auge de clínicas dentales, parece fácil abrir una...
–El Colegio ayuda a los sanitarios con todos los trámites, pero cada vez son más los requisitos para abrir una clínica. La burocracia nos come. El punto está en que la puede abrir cualquiera. Por eso, tenemos un código deontológico y criterios de calidad que pedimos respetar a nuestros colegiados. Advertimos sobre ello constantemente. Auxiliares y protésicos no pueden tocar boca. El dentista debe hacer el diagnóstico y establecer un plan de tratamiento y no dejarse guiar por el empresario.
–¿Cuál diría que es el punto débil de este ámbito?
–Nuestro punto débil es la prevención. Acudir a revisiones anuales es fundamental, pero los ciudadanos raramente lo hacen. Cuando llegan, ya tienen alguna patología. Ahora, estamos en plena campaña contra el cáncer oral. Un dentista es capaz de detectarlo rápidamente, hacer una biopsia y derivar a un cirujano maxilofacial. Es de los más agresivos, empieza silencioso y tiene muy mal pronóstico, pero si el diagnóstico se da en fase temprana, el tratamiento será más conservador. Quedarse sin paladar puede dejar por los suelos la autoestima.
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