El regreso de la línea más bonita del mundo

De momento, estará conducida por trabajadores de la empresa Rober, con lo que se deja de lado el conflicto que se mantiene con Alhambra Bus. Un contencioso que ha afectado durante un largo año a las líneas C1, C2 y C3, actualmente reconvertidas a C30, C31 y C34, y que siguen siendo operadas por empleados de Alhambra Bus, actualmente en proceso de negociación con el Consistorio.

Según fuentes sindicales de esta empresa de autobuses, «a raíz de las movilizaciones de la semana pasada en el Ayuntamiento, y tras conseguir la garantía de nuestros puestos de trabajo, suspendemos la acampada de ayuno y vigilia, programada para hoy, lunes». Añadieron que «se inicia una etapa de negociación, y aseguraron que esperan que el Ayuntamiento «cumpla con lo prometido, ya que de no ser así, volveremos a movilizarnos y no pararemos hasta alcanzar nuestros objetivos. Gracias por todo vuestro apoyo, comienza el principio del fin».

El nuevo plan de autobuses conecta a través de cuatro líneas los barrios históricos y el monumento nazarí con el Centro de la ciudad. La C30 une la Alhambra con el casco histórico. La C31 comunica el Albaicín también con el Centro y la C34 es la que hay que tomar para llegar hasta el Sacromonte.

El peso fuerte de la comunicación recae así ahora en la C32, que sale de Plaza Nueva hacia el Paseo de los Tristes y llega hasta el Mirador de San Nicolás, baja por la Cuesta Alhacaba hasta el Triunfo y vuelve por Gran Vía hasta la Plaza de Isabel la Católica, desde donde cruza el Realejo para subir hasta la Alhambra, y desanda luego el camino hasta Plaza Nueva. Y así, cada sesenta minutos mal contados, vuelta a empezar.

La C32 tiene sus principales paradas de carga de pasaje en el Centro de la ciudad. En efecto, las paradas de Plaza Nueva, Catedral en Gran Vía o la de la Plaza Isabel la Católica presentaban colas a primera hora de esta mañana. La pregunta en el primer caso siempre era la misma:

-¿Albaicín?

-Sí, sí, Albaicín, contesta Antonio, el conductor de la Rober encargado de pilotar el resurgir de la C32, con amabilidad y profesionalidad, sabedor de que no sólo va a tener que pilotar el microbús, sino que también va a tener que encargarse de informar a todo el mundo.

En la Plaza Isabel la Católica la pregunta, sin embargo, cambia:

-¿Alhambra?, es el turno esta vez una pareja de turistas orientales.

-Sí, sí, Alhambra, contesta esta vez Antonio, sabiendo que acaba de bajar del Albaicín y tras recorrer Gran Vía se apresta a cruzar el Realejo y encaramar el microbús por la Cuesta del Caidero hacia la Alhambra.

Otra persona pregunta en Gran Vía, antes de subir al microbús:

-¿Alhambra o Albaicín?

-Alhambra, que vengo del Albaicín, espere al C31 por ejemplo, o al C34.

-¿Pero luego de la Alhambra sube al Albaicín?

-Sí, sí, vamos ahora por el Realejo, subimos a la Alhambra, recorremos a la inversa el Realejo y ya paramos en Plaza Nueva y subimos al Albaicín, explica con detalle Antonio.

-Pues entonces me subo, que vivo en el Mirador de San Nicolás y me apetece dar una vuelta por la Alhambra.

Y María, la protagonista del diálogo con Antonio, el conductor, se sube resuelta al microbús. Una vez toma asiento, cuenta a quien quiere oír que «esta línea no tenían que haberla suprimido nunca». «Yo misma le escribí una carta a la anterior concejala para que la mantuviera». Es la magia de la C32, la línea de autobús que une la Alhambra con el Albaicín, la línea de autobús más bonita del mundo.