Veinte años para una firma
La libreta del director ·
El acuerdo de esta semana culmina el proyecto del Centro Lorca, que se empezó a diseñar en la etapa de Aznar. La familia del poeta está convencida de que, ahora sí, se podrá dar el salto internacionalFue una reunión de apenas una hora en Moncloa, en enero de 2004. Allí, el entonces alcalde de Granada, José Torres Hurtado, la que fuera ... ministra de Cultura -y en ese momento candidata al Congreso por esta provincia-, Pilar del Castillo -o de los Alminares-, y el todavía presidente José María Aznar apalabraron con Laura García Lorca la construcción de un centro donde vendría el legado del poeta. Al estilo de lo que se había hecho en Málaga con Picasso.
Recupero de mi libreta la frase de Carmen Calvo, consejera de Cultura en aquella época: «Es mucha casualidad que en cuatro años no haya hecho nada y lo haga a tres días de las elecciones», afeó a Pilar del Castillo que utilizara al poeta en campaña electoral. Después, Carmen Calvo -o de los Mártires- fue ministra de Cultura y, en tiempos recientes, candidata a las elecciones generales por esta provincia. Veinte años han pasado flotando sobre un velero.
«Ni tú ni yo estamos / en disposición / de encontrarnos», escribió el poeta. El acuerdo con la Fundación García Lorca no se ha cerrado hasta esta semana. Lo único que ha cambiado ha sido la voluntad política. «La voluntad de la familia del poeta está desde 1984», me dice alguien que ha participado en las negociaciones. Los dirigentes actuales lo han visto claro -todos, porque antes siempre falló alguna de las partes-. El ministro Ernest Urtasun, que ha sido el único -de momento- que ha recibido a la alcaldesa. Paréntesis: El ministro Óscar Puente estuvo esta semana en Granada, pero de tránsito en un vuelo. Marifrán Carazo trasladó a Urtasun la necesidad de resolver este asunto y el ministro ha respondido. Junto al presidente de Diputación, Francis Rodríguez; y el consejero de Turismo Y Cultura, Arturo Bernal, son los que aparecieron con Laura García Lorca en la fotografía histórica del miércoles.
La familia del poeta está convencida de que, ahora sí, el Centro Lorca alcanzará la dimensión internacional que le corresponde. Ya no se considera necesario convertir el consorcio en una fundación para captar fondos.
Han tenido que pasar veinte años de dulce queja.
Cuando pensar es maquinar
Quedamos los amigos de la tertulia Oleum para celebrar un cumpleaños. Los cumpleaños se festejan hasta cierta edad, pero a partir de cierta edad también se celebra cualquier cosa. Estoy entre los unos y los otros. Me preguntan cómo veo la campaña de las europeas. En los ascensores y en la primera cerveza se plantean cosas absurdas e intrascendentes. Es la campaña de los Mileis, el «enfrentamiento físico», «menos moros y más muros» y el «a la mierda» de Yolanda Díaz. La política es eso que sucede entre las boñigas y el fango.
La moción de censura a la gallega de Feijóo; que es un político de otros tiempos -ni tan efervescentes ni tan virales- y por eso mete recurrentemente la pata en las campañas. La carta de Pedro Sánchez por la citación a Begoña Gómez por sus cartas.
«Se han traspasado las líneas rojas», dice un contertulio veterano de estas cuitas políticas. «En la transición, esas líneas eran no atacar a la familia». Y todos sabían secretos de alcoba de sus oponentes. Hasta Rajoy y Zapatero sellaron ese pacto de respeto. Luego vino la nueva política, los adjetivos embarrados, desaparecieron los líderes y llegaron los influencers.
Con la segunda cerveza hablamos de otras cosas. De los horarios de los trenes y de la posibilidad más factible de mejorar la conexión con Madrid. La apunté otro domingo pero nadie la ha recogido. En diciembre, Renfe replanteará los horarios. Es el momento de empezar a reclamar un tren directo, que no se detenga en Córdoba o en Puertollano, ni en Antequera en dos ocasiones.
En materia de turismo preocupa la gestión del bono pernocta para visitar la Alhambra. El asunto se dio por resuelto tras años de reclamaciones, pero su aplicación parece que no responde a las expectativas creadas. Si no se reacciona pronto, habrá conflicto.
Y así llegamos a las copas. Pido un gin tonic 0.0 sin que me vea Gustavo. No había necesidad de inventar ciertas cosas.
Atrás tambien queda hoy una campaña prescindible para unas elecciones importantes. El jueves acudo en Madrid a la entrega de los premios XL Semanal. Anoto en la libreta las frases de la filósofa Adela Cortina: «Vivimos una época emotiva y hay que meter la línea de la razón». Distingue Adela dos tipos de pensamientos. Uno, a su juicio, impresentable, cuando se confunde pensar con maquinar. «No es pensar para la colectividad, sino para sacar lo mejor para ti mismo excluyendo a los demás». Lo comento después con el compinche Juan Hevia. «Un pensamiento excluyente no es humano. Los seres humanos somos el diálogo».
Y me planteo de qué estarán hechos algunos políticos.
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