Un tren de despropósitos
El PSOE de Málaga promueve iniciativas en contra de que Granada disponga de un AVE directo, como tiene Málaga. Es el momento de que los dirigentes locales defiendan a esta provincia. Al socialismo granadino se le pide, tan solo, que reivindique lo mismo que firmó hace dos años en el Pacto de los Mártires
El PSOE de Málaga pedirá en las instituciones que todos los AVE de Granada paren en Antequera; algunos, por partida doble. Los de Málaga, ... no. Esos catorce trenes con destino o punto de partida en la Costa del Sol que no se detienen en la estación de Santa Ana –por la de Antequera ciudad no pasan– irán más rápidos. Pero los de Granada –defienden los socialistas malagueños– sí deben hacerlo porque, lo contrario, sería un «atentado al desarrollo económico de Antequera y su comarca». Reclamar para Granada un tren directo –como lo tiene Málaga– es «un agravio comparativo», según los socialistas de la provincia vecina.
El PSOE de Granada –su dirección– no se ha pronunciado públicamente. Sé lo que dice en privado –y no difiere de lo que piensa la inmensa mayoría–, pero prefiere hacer un trabajo soterrado sin enfrentarse al ministerio. Respetable; pero también es opinable. Solo conocemos últimamente que recogen firmas para que los trenes de Granada paren en Loja –es de suponer que firmas [559 en un mes] dirigidas al Gobierno del propio PSOE– . Escuchar algunas voces del socialismo granadino pretérito en la defensa sobrevenida de la parada lojeña ha tenido su punto de nostalgia. Tampoco se han percatado, por ejemplo, de que el Alvia que aplaudieron y celebraron en el mes de diciembre no se detiene en la estación de San Francisco. Un tren de despropósitos.
Con lo simple que sería comparecer –antes hasta daban ruedas de prensa– y defender que Granada necesita un tren directo, como lo tienen el resto de ciudades AVE en Andalucía, y, además, otras frecuencias que paren en Loja, en Antequera y en Córdoba. No hay que complicarse más, ni buscar conspiraciones ni fantasmas.
En definitiva, que diga la dirección del PSOE granadino lo mismo que firmó el 6 de febrero de 2023. Paco Cuenca y José Entrena, entonces alcalde y presidente de Diputación, suscribieron junto a la Junta, la Subdelegación del Gobierno, la Universidad, empresarios y sindicatos el Pacto de los Mártires. El siguiente es un párrafo de aquel día: «El telón de fondo de las conversaciones fue el impacto de la puesta en funcionamiento de la segunda estación de Antequera. Las autoridades constataron la evolución de un servicio, el que conecta Granada con la capital del país, que ahora mismo tarda 25 minutos más que cuando se puso en marcha. Con este diagnóstico, los integrantes de las alianzas acordaron elevar una reclamación para exigir más frecuencias y que existan algunos viajes que no se detengan en las paradas intermedias –Antequera, Loja...–, sino que conecten de forma directa Granada con su destino».
Cuando alguien tiene un cargo público, está obligado a comparecer, fijar su posición y responder antes quienes le han otorgado con su voto su posición. Y su sueldo.
NO HAY TRENES PARA TANTA GENTE
El Ateneo de Madrid se fundó en 1835, bajo la regencia de María Cristina, para promover la cultura. Sumar casi dos siglos con el mismo empeño es una prueba de que todavía no se ha impuesto –del todo– el embrutecimiento y la estulticia. De esta institución fue presidente, entre otros, Fernando de los Ríos. Su sede actual está en la calle del Prado 21, en un edificio con un salón inglés lleno de cuadros y retratos que te elevan y empequeñecen al mismo tiempo. Allí estuve el lunes para acompañar a la redactora Laura Velasco, premio periodístico de la Fundación Enaire.
Preside el acto Felipe VI, miembro del Ateneo y de los que pagan, precisa. Charlamos con el rey en un corrillo del cóctel –querría pedir algo como lo que él bebe, pero no sé cómo se llama–. Uno no sabe muy bien cómo iniciar una conversación con un monarca; supongo que a él le sucederá lo mismo con nosotros. Así que hablamos de Granada y compruebo que Felipe VI sigue muy de cerca la actualidad de la provincia y de su estación de esquí.
Cumplido el saludo tengo la sensación del trabajo hecho y me dedico a comer; que la letra, con vino y canapés entra. Veo de fondo al ministro Óscar Puente y mantengo la distancia justa para averiguar si me soltará una andanada por la recogida de las 11.371 firmas. Comprobado que no hay acritud, conversamos sobre las infraestructuras granadinas. El ministro tiene presente la reclamación y me explica las dificultades para poder mejorar aún más las frecuencias en estos momentos por la falta de material de trenes. Retrasos de año y medio en las entregas previstas y de seis meses para empezar a fabricar otros 400 trenes encargados. Sostiene Puente que con casi los mismos recursos de 2010 se atienden más líneas y más frecuencias. Es lo que tiene este ministro en las distancias cortas; que te cae bien y hasta te lo crees.
Sobre lo que sí me ofrece buenas previsiones es para la integración del ferrocarril. Desde aquel desayuno que organizó IDEAL en septiembre, tanto el ministro me elogia la capacidad de negociar de la alcaldesa, como Marifrán Carazo la disponibilidad para este asunto de Óscar Puente. Y así se resuelven las cosas que llevaban 25 años atascadas. La próxima reunión será el próximo jueves, 20 de febrero. La intención es que las primeras licitaciones sean este mismo trimestre. Incluso, que haya obras antes de que acabe el mandato. ¿Te refieres al mandato municipal, en mayo de 2027?, pregunto al ministro. «Y a la legislatura, porque no va a haber elecciones anticipadas», responde rápido y con media sonrisa.
Ha estado ágil de reflejos.
REDES SOCIALES Y AVARICIA
El martes charlo con el catedrático Paco Herrera sobre inteligencia artificial y medios de comunicación en el festival Gravite. Jesús Lens introduce la conversación con el ensayo Nexus. De ahí anoté el siguiente párrafo: «La verdad no es una representación unívoca de la realidad. Más bien es algo que hace que prestemos atención a determinados aspectos de la realidad, al tiempo que, inevitablemente, ignoramos otros».
Sostengo que la inteligencia artificial no es un enemigo para el periodismo; la mayor amenaza está en la sociedad. Que los ciudadanos –libres y desatados de los algoritmos– estén formados y sensibilizados para poder apreciar el valor de la información y de los medios de comunicación como contrapeso en una democracia. Harari lo llama mecanismos de autocorrección. Y advierte que resultan incómodos al poder; de lo contrario, no serían medios de comunicación. «Es habitual que, para socavar la democracia, los hombres fuertes ataquen uno a uno sus sistemas de autocorrección, a menudo empezando por los tribunales y los medios de comunicación. El típico hombre fuerte, o bien priva a los tribunales de sus poderes, o los llena de gente de confianza e intenta acabar con los medios de comunicación independientes mientras construye su propia y omnipresente maquinaria de propaganda».
Curioso que los mismos dirigentes que desconfían de los medios de comunicación tradicionales –solo de los que le resultan hostiles–, abracen como plataforma para trasladar sus mensajes el juguete de un multimillonario al que tanto critican.
Somos pesimistas, porque empezamos a hacernos viejos. El optimismo suele llevar una porción de ignorancia. En cambio, el pesimismo está cosido a puñaladas. En el público está Paco Álvarez de la Chica, que pregunta por las posibilidades de regular un entorno lleno de ácratas que solo se ofenden cuando va con ellos. ¿Alguien comprendería que cualquier ciudadano pudiera publicar por su cuenta una carta al director en un periódico de papel para ajustar las cuentas con su vecino? Pues eso sucede en las redes sociales. Donde los dueños del negocio enarbolan la libertad para justificar la ausencia de reglas y control; cuando, en realidad, no hay filtros porque, si los hubiera, su negocio no les resultaría rentable. Habla Paco Herrera: «Tengo la sensación de que hay una parte de la sociedad a la que esto no le importa. Y, si acaso hubiera control, estaría en contra».
Llega la escritora Rosa Montero, que ha escuchado el final de la prédica. «La avaricia conduce al exterminio».
Esa era la frase que buscaba para resumirlo todo.
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