Oportunidad elevada al Cubo
La libreta del director ·
El traslado de las sedes judiciales al actual edificio de Caixabank y al solar contiguo liberará varios inmuebles en la capital; entre los posibles, el propio Banco de España. Un buen momento para rescatar la vieja propuesta de convertirlo en un emblemático equipamiento culturalGranada ha sido bautizada en algún momento –por aclamación o autoproclamación– como capital de la ciencia, de la poesía o de la inteligencia artificial sin ... ministra gallega. Capital de la tapa gratis –hasta que pidas una ración–; de la salud y el banco de células madre; ciudad del botellón en tiempos pretéritos y de la marihuana en los contemporáneos; y, para los venideros, pretendida capital europea de la cultura en 2031. Pero hay un título que Granada tiene por estatuto, en el artículo 4, y que muy poco exhibe y refuerza: el de ser capital de la Justicia de Andalucía. De entrada, ni siquiera tiene aún una sede que unifique los órganos judiciales, sin que abogados y clientes tengan que dar bandazos de una punta a otra. Se presentan como si fueran edificios colindantes los inmuebles dispersos por el eje entre Plaza Nueva y Caleta; de más de kilómetro y medio de trayecto y veinte minutos a pie. En una ciudad donde la distancia media entre paradas de metro es de poco más de medio kilómetro.
Anoto en la hoja del lunes de mi libreta la visita del consejero de Justicia, José Antonio Nieto, cuando anunció que el traslado de los juzgados al edificio del Cubo se hará en el «menor tiempo posible»; que es un margen relativo y subjetivo. Según la información que tengo, habrá novedades antes del verano.
La operación se presenta como una oportunidad para esta ciudad, si no se ata a debates maniqueos. Pero el proyecto tiene que ser ambicioso y la Junta tampoco debe ser cicatera. Juanma Moreno presentó hace diez días el plan de infraestructuras judiciales a 2030, con una inversión de 1.500 millones de euros.
DOS 'CIUDADES'
El proceso se entiende mejor si se explica desde lo simple y sin tecnicismos jurídicos. El traslado se hará por fases, pero el desenlace final –el deseado– es que Granada cuente con una Ciudad de la Justicia en el Cubo y un nuevo edificio en el solar colindante; el que se destinó originalmente para gran espacio escénico y hasta se hizo un concurso de ideas que ganó el japonés Kenyo Kuma en 2009. Los dos inmuebles estarán conectados por una pasarela y allí se concentrarán todos los órganos judiciales de ámbito provincial. No habrá dispersión.
Granada tendrá, por un aparte, una Ciudad de la Justicia para todos los asuntos 'domésticos'. El otro núcleo será la Chancillería, que concentrará los órganos regionales para elevar el perfil de capital de la Justicia de Andalucía. Además, la Junta acometerá una rehabilitación del edificio.
La operación se presenta como una oportunidad para esta ciudad, si no se ata a debates maniqueos. Pero el proyecto tiene que ser ambicioso y la Junta tampoco debe ser cicatera
Esta operación abre otras posibilidades adicionales a Granada. Quedarán liberados tres edificios, que servirán para costear las inversiones necesarias. Seguro, el inmueble de la Audiencia en Plaza Nueva, sin gran valor histórico e idóneo –por ejemplo– para un hotel. En un futuro, las instalaciones de Caleta; que podrían albergar áreas de la Junta que ahora se encuentran en oficinas alquiladas. Pero también, y esta es una variable muy interesante, el Banco de España si la Fiscalía Superior regresa a la Chancillería, decisión que se tomará consensuada.
El Banco de España ya ha suscitado algunas ofertas. Las hay privadas, pero también sería interesante que un inmueble tan simbólico quede en el ámbito público. Probablemente, la única institución con capacidad para adquirirlo sea la Diputación. Es el momento de retomar una vieja idea y promover en el Banco de España un equipamiento cultural, tal y como reclamaron diversos colectivos hace dos décadas. El eterno museo de la ciudad que han prometido todos los alcaldes desde Antonio Jara. Muy pertinente, precisamente ahora, cuando está abierto el debate sobre el traslado del Museo de Bellas Artes a un lugar más céntrico. Se trataría de un equipamiento ligado a la candidatura de la Capitalidad Cultural Europea de 2031. Un legado que quede para siempre; aunque, en el peor de los escenarios, ni siquiera se consiga la efeméride.
EL SILENCIO DE LOS TEMEROSOS
En mi libreta de esta semana anoto los titulares en los que hemos dejado en evidencia la engañifa electoral de Adia Lab. No sé si el centro de Abu Dabi aportará mucho o poco. Tampoco cuestiono que el proyecto pueda seguir adelante sin necesidad de los cinco millones del Estado. Pero hay un hecho que no es interpretable: en la campaña de las municipales, tanto el Gobierno como el PSOE comprometieron públicamente una aportación de la que no dejaron garantía por escrito y que –justo ahora que Pedro Sánchez ha renunciado a aprobar un nuevo presupuesto– niegan. Estos son los hechos; el resto son palabrerías y enjuagues interesados de los temerosos.
Ante esto caben pocas posiciones. La más cómoda es callarse. La partidista es defender lo insostenible con expresiones vacías, como las que hemos escuchados de algunos dirigentes provinciales. Y la valiente es desenmascararlo y denunciarlo ante la opinión pública. Decía la semana pasada que el periodismo es cosa de valientes con hambre; por eso hemos optado por la tercera.
Me consta que, hace meses, hubo ofertas desde la órbita del Gobierno para acelerar la concesión de los cinco millones si se retiraba la denuncia en el Supremo por la concesión discrecional de la agencia de inteligencia artificial a La Coruña. Y también sé que muchos dirigentes –tanto en el PSOE como en el ámbito de la Universidad– están contrariados y preocupados por la nueva posición del Gobierno. Lástima que no tengan el arrojo para denunciar en público, con su nombre y su cara, lo que comentan en privado. Es la diferencia entre el politiquero y el periodismo.
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