El abogado granadino, Cayetano Martínez de Irujo y el juez Peinado
El letrado Onofre Miralles, exdiputado de Vox en el Congreso, consigue junto al duque de Arjona llevar a los tribunales las elecciones de la Real Federación de Hípica y, tras doscientos recursos, el caso cae en el juzgado del magistrado que investiga a la mujer de Pedro Sánchez. Coincidencias
No se trata de un chascarrillo ni de una argucia periodística para captar la atención por el titular. Ni lo he hecho nunca ni lo ... volveré a hacer. Los tres protagonistas son ciertos y se han reunido –quizás de manera azarosa, si es que algo está sujeto al azar– en una misma historia de tribunales. Empecemos por el primero de ellos.
Onofre Miralles, mocetón con orígenes en Torvizcón, resistente a pasar desapercibido. Cuando anda de por medio, casi nada resulta previsible. A veces, hasta le sale bien. Se curtió en las Nuevas Generaciones del PP con muchos de los que hoy ocupan cargos institucionales de relevancia. Nunca rehuyó las cuitas internas; unas ocasiones se gana y otras veces se espera a la siguiente. Siempre se movió bien entre bambalinas, en la fontanería del partido; cuando el apelativo de 'fontanero' se otorgaba a militantes discretos y habilidosos. Fue antes de que Leire Díez lo convirtiera en una parodia. Dejó transitoriamente la política –o lo apartaron– a principios de siglo –esta referencia temporal nos hunde a ambos– y comenzó a ejercer la abogacía. Hasta que tras la irrupción de Vox en 2018 comenzó a trabajar con el entonces equipo que gestionaba el partido en la provincia, con Manuel Martín Montero y una desconocida –por estos lares– Macarena Olona. El desconocimiento duró lo que tardó en dar los primeros titulares; en una entrevista para IDEAL con una fotografía que se hizo viral en Forocoches. Onofre fue candidato a la alcaldía de la capital y protagonista –menos de lo que dice la leyenda– del fallido dos más dos entre Luis Salvador y Sebastián Pérez. Su paso por la plaza del Carmen fue intenso y el tiempo que estuvo –especialmente en la etapa de Luis Salvador– marcó casi todos los debates. Cuando Macarena Olona dejó el Congreso para optar a la presidencia de la Junta, Onofre ocupó su escaño en la Carrera de San Jerónimo. Contra todo pronóstico –sobre todo, contra el suyo– se quedó fuera de las listas de julio de 2023 para hacer hueco al paracaidista Jacobo Robatto; que no tiene –que se sepa– familia en Torvizcón. Dejó Vox, volvió a la abogacía, y empezó a aburrirse. Y eso no es bueno para los enemigos de Onofre. Ahora trabaja en el Think Tank de Iván Espinosa de los Monteros.
Cayetano Martínez de Irujo –y también Fitz-James Stuart–. Duque de Arjona, de la Casa de Alba. Empresario –es un concepto amplio– y antiguo jinete olímpico, cuarto en Barcelona'92. En 2024 apoyó a Ignacio Ridruejo –que también tiene nombre de montar a caballo– para intentar descabalgar tras veinte años al olímpico Javier Revuelta al frente de la Real Federación Hípica Española (RFHE). Y empezaron a pasar cosas. 192 clubes se quedaron fuera del censo; a priori, contrarios al actual presidente.
Buscaban un abogado y una exdiputada de Vox les recomendó a Onofre Miralles. Habían coincidido en el Congreso y sabe que puede ser persistente como una gotera. En menos de un año ha presentado 200 impugnaciones entre recursos y denuncias disciplinarias. Mantiene vivos siete contenciosos.
En paralelo, la candidatura alternativa detectó una treintena de clubes que no tendrían que estar supuestamente en el censo; fundamentalmente, porque apenas habían participado en competiciones en los años previos. Como si fuesen organizaciones 'fantasma'. Entre ellos, Ridruejo y Martínez de Irujo señalan cuatro entidades en Pinos Puente. Entre esa treintena de clubes también denuncian que muchos pertenecen a clanes familiares con el «único fin de controlar el estamento de cara a las elecciones». Los escritos de Miralles trazan un mapa de apellidos y sociedades; de las que algunas hasta comparten la misma dirección.
Se produjo una primera votación el 30 de septiembre de 2024, que salió contraria a los intereses de Revuelta –dicen los demandantes–. Y entonces se produjeron nuevas elecciones y recuentos. La última, en el mes de febrero. Con derrota final para Ridruejo y Martínez de Irujo. Pero, el pasado mes de julio, Onofre Miralles subió la ofensiva y presentó una querella criminal contra el presidente de la RFHE, miembros de la junta electoral y el presidente del Tribunal Administrativo del Deporte. Por prevaricación administrativa, fraude electoral, falsedad documental, desobediencia y delitos contra los derechos fundamentales.
Y ahora llegamos al tercer protagonista de esta historia. Los intentos de judicializar las elecciones habían sido infructuosos. Pero ya dijimos que si algo caracteriza a Onofre Miralles es su persistencia. Y tenía tiempo. Solo necesitaba un juez que se interesara por un asunto, a priori, tan farragoso.
Juan Carlos Peinado, magistrado del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, en la Plaza de Castilla. Ha alcanzado la fama con 71 años, a punto de jubilarse, por la instrucción del caso de Begoña Gómez y algunas de sus decisiones, como la ocasión en la que se desplazó hasta Moncloa para tomar testimonio a Pedro Sánchez. Tuvo por casualidad –técnicamente, reparto– que la querella de Onofre Miralles y Cayetano Martínez de Irujo cayera en su juzgado. Y el pasado 1 de octubre el juez Peinado decidió tramitarla al «presumir la posible existencia de delitos de prevaricación». De momento, ha citado a los querellantes, Cayetano Martínez de Irujo e Ignacio Ridruejo, para que se ratifiquen y tomarles declaración el 2 de enero.
A todo esto, Onofre Miralles no tiene afición por la hípica ni los caballos. Solo en su más tierna infancia, en su Torvizcón de reminiscencias familiares, montó en alguna ocasión en una mula a la que habían bautizado como 'La Española'.
'UNIÓN TEMPORAL ELECTORAL'
Acudo el martes al desayuno con Juanma Moreno que organiza ABC en Sevilla. La noche previa me cobran en el hotel siete euros por una cerveza sin tapa. Comprendo que con este pelazo rubio y los ojos azules no consigo disimular la pinta de guiri. Juan Miguel Vega, director de Canal Sur Radio, me explica que los hoteles son como las aguas internacionales, no se rigen por los mismos precios que Sevilla. De vuelta a Granada paro en La Mancha, que toca menudo.
Lo comento con el presidente tras su intervención. No los siete pavos por la cerveza, sino dos momentos de su exposición que me han resultado interesantes. Por un lado, su discurso sobre los cribados del cáncer de mama no está sobreactuado. Esta crisis tiene dos dimensiones. Una es objetiva: los datos. Y otra depende de las sensaciones y las percepciones. Esta es la más complicada de atajar. La encuesta del Centra conocida esta semana apunta que los andaluces ven la sanidad como el principal problema de la comunidad –por detrás del paro–; pero, sin embargo, la sitúan en primer lugar cuando tienen que señalar la mayor preocupación para ellos mismos.
Y también me parece contundente y atrevida la forma de afrontar la relación con Vox en año electoral. «Ojo con la estabilidad, que el día que se pierda se echa de menos», advierte Juanma. Anoto otras frases en la libreta: «Vox juega a romper la mayoría absoluta (del PP) y el PSOE le hace el juego, hay una pinza y son una UTE». Unión temporal electoral.
La última proyección del Centra vaticina que el PP podría perder la mayoría absoluta (55) en el Parlamento andaluz y se movería entre 54 y 56 diputados. La misma encuesta del Centra en octubre de 2021 pronosticaba para el PP entre 47 y 51 parlamentarios. Es cierto que entonces malvivía aún Ciudadanos. Y que el último sondeo se hizo justo antes de la dimisión de la consejera de Salud.
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