Los fondos europeos transformarán una decena de barrios de Granada capital

No obstante, el trámite que acompaña a estas ayudas va a hacer que el efecto tarde aún unos meses en ser percibido por la ciudadanía. Eso hará que los fondos percibidos, por ejemplo, para la remodelación de espacios vinculados a la sostenibilidad turística puedan empezar a disfrutarse en 2023. Es el caso, por ejemplo, de la recuperación de la iglesia de San Luis, en el Albaicín. El templo, abandonado desde que fuera destruido en los años 30, va a ser transformado para su uso como contenedor cultural. Por el momento, como explicó la concejalía de Urbanismo antes del verano, se están realizando trabajos previos de tipo arqueológico. Las obras en sí, que van a suponer una inversión cercana al millón de euros, se esperan para más adelante.

Otro de los trabajos vinculados a los fondos Next Generation que está en marcha es la recuperación ambiental y ecoturística de la acequia de Aynadamar, que cuenta con 600.000 euros de ayuda. En este caso, como en el de San Luis, los plazos incluidos –el margen para su ejecución acaba en 2024– en la convocatoria dan tiempo al Ayuntamiento para poder acometer la inversión. También en las mismas circunstancias está la remodelación del entorno de Alcázar Genil, que servirá para realzar aún más la actual sede de la Fundación Ayala.

Sí van a poder contemplarse los primeros proyectos de Movilidad financiados con las Next Generation. Es el caso, por ejemplo, de los vehículos de cero emisiones con los que se va a renovar la flota de autobuses. Los contratos se licitaron a comienzos de junio, por lo que se espera que, si la tramitación sigue el normal camino, puedan entrar en fase de pruebas antes de final de año.

En esa situación están también los dos puntos de carga con los que se quiere dotar a la ciudad. De acuerdo a los plazos reflejados en el expediente de la Plataforma de Contratación, la actuación puede estar finalizada en los últimos meses de 2022.

No obstante, como ocurre en el caso de las ayudas recibidas por Urbanismo, la concejalía que encabeza Raquel Ruz tiene tiempo para poder ejecutar todas las propuestas. Tanto los fondos como la normativa impulsada por el Estado para la implantación de las zonas de bajas emisiones pueden ejecutarse a lo largo del próximo año sin que eso suponga una amenaza para la ciudad.

Sí van más avanzadas otras subvenciones europeas obtenidas en años pretéritos. Las más relevantes, las de las EDUSI. Es el nombre con el que se conoce al paquete de iniciativas recogido en la Estrategia para el Desarrollo Urbano Sostenible. Su origen está en la recepción de algo más de 17 millones de euros en el mandato del popular José Torres Hurtado. Estos fondos debían destinarse a mejoras en el ámbito del Centro Histórico, además del Zaidín.

La penosa situación de las arcas municipales, afectadas por un plan de ajuste que reduce la capacidad de inversión del Consistorio, y la convulsa sucesión de gobiernos ha retrasado hasta ahora la ejecución de una parte de las medidas. Hace una semana, la primera teniente de alcalde, Ana Muñoz, aseguró que alrededor de un 70% de las iniciativas estaban ya culminadas o en vías de estarlo y expresó su confianza en que la capital nazarí cumplirá con los plazos otorgados por las autoridades europeas, que fijan el final de 2023 como fecha límite.

Es por eso que la urbe, en los próximos meses, empezará a dar muestras del impacto de estas ayudas. Ya se pudo comprobar en la última comisión de Urbanismo, en la que se dio cuenta de la situación de las obras financiadas con las aportaciones europeas.

El entorno de Gran Vía engloba buena parte de las mismas. A lo largo de julio y agosto se ha avanzado en los trabajos de remodelación en las calles Almireceros, Joaquín Costa y Álvaro Bazán. Se ha terminado la renovación del empedrado, una acción que ha permitido recuperar técnicas tradicionales, y se ha aprovechado para actuar sobre las redes de abastecimientos que atraviesan la zona. Las obras, a la que aún le restan los últimos detalles, cuentan con un presupuesto de 302.804 euros y prometen mejorar el paisaje urbano en unas vías muy transitadas por vecinos y visitantes.

Cerca, en el entorno del Boquerón, también se podrá sentir pronto el efecto de las ayudas. Allí se va a llevar a cabo la segunda fase de la remodelación del barrio, que llevaba tiempo reclamando mejoras. Después que otros puntos cercanos a Santa Paula se culminaran a comienzos de año, ahora le toca el turno a vías como Navarrete, Santos, Arandas, Azacayas, Azúcar o Tinajillas. Según informó Urbanismo hace un mes, la obra planteada busca «dignificar» las calles a través de la renovación del pavimento con el fin de pacificar el tráfico y recuperar espacios para el viandante. La intervención cuenta con un presupuesto de 402.839 euros tras la adjudicación del contrato en junio.

También se espera que se ejecuten en los próximos meses las obras en Cuesta de Abarqueros, Serrano y la conexión entre Zenete y Carril de la Lona. Varias de las calles se van a peatonalizar. El resto va a tener acceso limitado para residentes. Los trabajos, no obstante, también van a permitir renovar el empedrado así como el alumbrado, con el que se quiere mejorar la iluminación y reducir el consumo. Las obras cuentan con 247.422 euros de presupuesto.

En el Albaicín, la plaza de San Nicolás y la placeta de Castillas también van a concentrar trabajos. Lo anunció Urbanismo a finales de julio. Según dijo entonces el edil Miguel Ángel Fernández Madrid, la idea es reformar el espacio urbano para acentuar su «singularidad monumental». Se va a sustituir el empedrado y se va a renovar el mobiliario urbano con bancos, papeleras o fuentes. Aunque los contratos aún no se han adjudicado, según consta en la Plataforma de Contratación, se espera que las obras tengan un presupuesto de alrededor de 400.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses.