«Se puede salvar la Vega si los agricultores comen»

Damián tiene un discurso crítico también con las exigencias de la agricultura ecológica. Hay, en detalles, en los que él es aún más ecológico de lo que se exige. «Eso da igual. La Vega de Granada se puede salvar si los agricultores pueden comer de ella», apunta y añade que eso es al margen de lo ecológico o no que seas, por todo el mito que existe alrededor de esto. Este agricultor confía en el trabajo, en la mano de obra intensa y en priorizar la tierra. En escucharla y en aprovechar hasta los 'bichos' naturales que va depositando.

Damián dice que es importante ir cambiando de cultivo y sus clientes crecen por momentos. Ya tiene 200 de Granada y el Área Metropolitana a los que reparte cajas de tomates o lechugas para que no tengan que ir a grandes superficies a comprarlas.

«Yo he llegado a plantear poner nuestras lechugas y cebolletas para los comedores universitarios y no se me ha hecho caso. El impulso real de las instituciones también es importante», expresa este agricultor al que le gusta hablar de la figura de Lorca en la Vega pero también de la realidad ahora palpable de estos terrenos.

Ya piensa en una retirada hortícola, con sus tomates en este entorno envidiable y dedicándose solo a cultivar. Es rentable pero «hay que hacer las cosas bien y trabajar mucho la tierra», plantea este delegado de editorial que es a la vez agricultor y que conoce los secretos de la Vega y sabe sacarles partido.

Damían nació «bajo una col» y bajo ella buscará también un modelo productivo que ya está listo para copiar.