«En cuanto pueda palpar las llaves de mi nueva casa voy a ser muy feliz»
Entregan 31 viviendas sociales en las que habitarán familias vulnerables a los que les ha cambiado la vida
Todos tienen en común una vida dura, a los que ahora llaman vulnerables. De vivir en espacios en precario: una pensión incluso un local comercial, ... pasarán a tener un piso a estrenar en el que comenzar a escribir una historia más amable. Los vecinos de La Madraza acaban de recibir una vivienda en alquiler que costearán con 150 euros al mes. Tres administraciones se han unido para que esto sea posible.
Entre los nuevos inquilinos de estas viviendas está Francisco que tiene 59 años y que vive «en un local» que no reúne las condiciones básicas por lo que irse a este piso le cambiará la vida. Francisco es prácticamente invidente –tiene un 4% de visión– y vive con una pensión de 400 euros. «En cuanto pueda palpar las llaves estaré muy feliz», indicó ayer en la entrega de los contratos. En su piso, bajo B, con el baño adaptado, vivirá con su perra guía y con la dignidad que ha estado buscando hasta ahora.
Otro de los alquileres es para Celia, 19 años, estudiante de Economía, huérfana de padre y madre que vive con su abuela y su pensión. Ayer lloraba de emoción. «Esto me permitirá seguir estudiando y me cambiará la vida», dijo en su nuevo hogar.
Poder afrontar el alquiler
Marisol López, tras haber pasado por un cáncer de mama, se mudará a La Madraza con su madre de 90 años. Vivía en un piso de alquiler que lo perdió por problemas con el banco y ahora alquilará este apartamento por un precio que sí podrá afrontar.
Fran de 35 años, con problemas de salud, lleva dos años sin poder pagar el alquiler tras perder su trabajo en la hostelería. Con una demanda de desahucio y con el ingreso mínimo vital podrá empezar «una nueva vida» en este piso. «Me vi en la calle y a eso le tengo mucho miedo», reconoció. Este chico podrá ponerse a estudiar las oposiciones a Correos, algo que espera pueda conventirse algún día en su trabajo.
María Concepción y María, que son pareja y habitan en una pensión, podrán vivir en otros de estos pisos como Omar y Fátima, él con problemas de visión, que podrán al fin independizarse al igual que Soultana, enferma de cáncer, que dejará la casa de su hermana para poder habitar en este edificio rehabilitado.
Los vecinos de La Madraza estaban, este lunes, agradecidos y emocionados. No todos los días se pueda acceder a una vivienda, con un precio asequible y que les dará la tranquilidad que necesitan.
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